El supuesto uso de armas químicas en la ciudad siria de Jan Sheijun dejó al menos 80 muertos y 200 heridos el 4 de abril de 2017, según las declaraciones de la oposición armada siria. El Gobierno de Bashar Asad se desmarcó del empleo de sustancias tóxicas y responsabilizó de los hechos a los grupos armados.


Por su parte, el Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia precisó que la aviación siria atacó unos depósitos de los extremistas que contenían armas químicas destinadas a Irak y Siria. No obstante, EEUU, el Reino Unido, Francia y otras naciones responsabilizaron a Damasco de haber perpetrado el ataque, calificándolo como un "crimen de guerra". Los mencionados países llamaron a adoptar medidas en contra del Gobierno sirio. Paralelamente, la ONU se abstuvo de designar al responsable hasta que finalizara una investigación acerca de lo ocurrido.


Con todas las partes involucradas lanzándose acusaciones mutuamente, la tragedia en Idlib ha dado pie a una escalada alarmante en el conflicto sirio tras un periodo de tranquilidad relativa, que se alcanzó gracias a las consultas en Astaná (Kazajistán).

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