"Notamos la reacción apresurada de la enviada especial de EEUU ante la ONU, Nikki Haley, al (…) informe final de la misión especial (…) sobre el incidente del 4 de abril de este año en la localidad de Jan Sheijun", dice el texto.
Además el ente diplomático ruso señala que el carácter tendencioso del informe apunta a que "se podría tratar de un encargo político".
La embajadora estadounidense Haley afirmó el 29 de junio que el informe de la OPAQ volvió a confirmar que "contra el pueblo de Siria fueron usadas armas químicas".
El 4 de abril, la oposición siria afirmó que las fuerzas sirias habían usado armas químicas en la localidad de Jan Sheijun, gobernación de Idlib.
Tres días después los estadounidenses atacaron la base aérea de Shairat (gobernación de Homs) sin presentar pruebas de la responsabilidad de los militares sirios y haciendo oídos sordos al llamado de Rusia a realizar una investigación minuciosa del caso.
Lea más: El 'problema de las armas químicas sirias' es una manera de ocultar la derrota de EEUU
En una entrevista a Sputnik, el presidente sirio, Bashar Asad, negó que se hubiese producido un ataque químico y calificó el caso como una provocación para justificar el bombardeo a la base aérea, una instalación crucial en la lucha contra el terrorismo.
Otro vídeo de Jan Sheijun, filmado por los controvertidos Cascos Blancos, muestra a los activistas sin máscaras ni otros equipos de protección, lo que contradice la tesis del empleo de gas sarín, una sustancia que causa convulsiones, parálisis y puede provocar la muerte por asfixia a las personas expuestas.
El presidente Asad señaló que si los Cascos Blancos hubieran operado en un lugar en el que realmente se usó sarín, no estarían vivos.