El 5 de diciembre de 2022, entró en vigor la medida consensuada por los países de la Unión Europea (UE) y el Grupo de los Siete (G7), que fija en 60 dólares por barril el precio máximo del petróleo ruso importado por mar. A su vez, desde Moscú aseguraron que no suministrarán el combustible a los países que se sumieron a la introducción del techo de los precios.