El 5 de abril, México decidió conceder asilo político a Jorge Glas, el exvicepresidente ecuatoriano (2013-2018), refugiado en la Embajada del país en Quito. La Cancillería ecuatoriana calificó la decisión de ilegal y exigió que el político fuese extraditado.
Un poco más tarde, la Policía Nacional de Ecuador ingresó por la fuerza a la Embajada mexicana en Quito para detener a Glas. Después de que varios diplomáticos resultaran heridos durante el asalto al edificio, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificó lo ocurrido de "flagrante violación del derecho internacional". A su vez, la secretaria de Exteriores mexicana, Alicia Bárcena, señaló que el país suspende las relaciones con Ecuador.