Asimismo, el especialista considera que otro factor en contra son las tensiones políticas que hay entre países como
Venezuela o Cuba, que han sido afectados por los bloqueos económicos de Washington.En este sentido, el doctor en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Felipe Cruz Díaz, destaca que, además de las complicaciones surgidas por la heterogeneidad de economías en el continente americano, una de las razones por las que la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, pueda estar planteando la extensión del T-MEC, sea para hacer frente a posibles embates en la Administración del próximo mandatario de EEUU, Donald Trump.
"Pienso que [la sugerencia de Sheinbaum] se enfoca más en el hecho de las medidas que puedan presentarse con el nuevo Gobierno de Trump, especialmente por las amenazas arancelarias [del republicano] para frenar la migración o el comercio chino", señala.
En las últimas semanas, el T-MEC ha formado parte del discurso de las naciones que lo integran, esto especialmente por los
amagos de Trump,
o los comentarios de gobernantes canadienses, incluido el primer ministro, Justin Trudeau, para estudiar el retiro de México del pacto comercial, especialmente por la
cercanía de la nación latinoamericana con China.Ante esta situación, la mandataria mexicana ha señalado que
no solo procurará que la nación que gobierna continúe en el acuerdo comercial,
mismo que se revisará en 2026, sino que ese mismo esfuerzo se extienda por el resto del continente americano.
"Nuestra visión de México es que
el tratado comercial entre EEUU, Canadá y México debería ampliarse en muchos sentidos hacia el sur, porque eso nos haría, como continente, una potencia económica muy por encima de cualquier otra región del mundo",
refirió el 17 de diciembre.
Aunque parezca una idea nueva, la propuesta de Sheinbaum de extender el T-MEC hacia el resto del continente americano
tiene algunos antecedentes, recuerdan los expertos. Torrez Vázquez hace referencia al
Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), lanzada en 1994 durante la
primera Cumbre de las Américas, celebrada en Miami, EEUU.
"Fue propuesto por Estados Unidos e involucraba a todos los países del continente, con excepción de Cuba. Desde ahí había una intención. Uno de sus grandes críticos fue el expresidente de Venezuela,
Hugo Chávez, ya que consideraba que Washington buscaba ponderar sus intereses frente a los de otros países. Él mencionaba que [el ALCA] era un tratado de adhesión, ya que
obligaba a las naciones a establecer solo relaciones comerciales con EEUU", recuerda.
Por esa razón, el especialista reflexiona que la intención de Sheinbaum puede versar también hacia la continuación de la política exterior que implementó el exmandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).
Frente a las desavenencias que podría generar la expansión del T-MEC en el continente americano, surge una nueva incógnita: la posibilidad de un acuerdo comercial diferente.
No obstante, los especialistas tampoco son optimistas ante este camino, sobre todo por las condiciones políticas, económicas, culturales y sociales de cada nación americana.
"Es más viable establecer acuerdos regionales más pequeños geográficamente hablando, incluso entre Centroamérica y Sudamérica,
similar al Mercosur (...). Igualmente, requeriría un largo proceso de negociación, sobre todo porque, al hablar de un acuerdo comercial,
deben generarse cambios en la regulación más allá del tránsito de mercancías y tomando en cuenta
fenómenos como la migración", expone el investigador en la UJAT.
En sentido opuesto, Cruz Díaz, quien también es docente en la UNAM, rememora que México es uno de los países con más pactos comerciales en el mundo, por lo que no tendría caso tener un nuevo frente en esta materia.
"Lo que se debería
hacer es sacar mayor provecho al [tratado de libre comercio] con EEUU y Canadá, ya que ahí está la mayor parte de nuestro mercado. Otra opción es que México busque nuevos horizontes hacia Europa u otras naciones, para diversificar", agrega.
Pero no todo está perdido. Los expertos en temas económicos se decantan por varias opciones para la integración de las naciones de América.
Por ejemplo, Torrez Vázquez apunta a un incremento en las inversiones, especialmente en lo que está relacionada con la infraestructura y movilidad de mercancías, esto con respeto a la soberanía de cada país que compone la región.
En esta ecuación, dice el doctor en Estudios Económicos por la UJAT, también se deben contemplar cambios en las políticas ambientales de la región, con el fin de proteger los ecosistemas y la preservación de los recursos naturales.
Para concluir, Cruz Díaz hace énfasis en que, antes de cualquier esfuerzo de unión latinoamericana,
México debe estar al pendiente de las posibles medidas que EEUU aplique en su contra, como los amagos arancelarios.
Esto a partir de la asunción de Trump como mandatario, que ocurrirá el 20 de enero de 2025."México está en un momento histórico, en el sentido de que la coyuntura a nivel internacional se abre para aprovechar todas las oportunidades que se tengan, pero también se debe ser muy cauto a la hora de saber qué es lo que se va a hacer en materia económica y comercial. Ello marcará el rumbo del país, sobre todo porque
las expectativas de crecimiento económico para 2025 no son muy halagadoras, rondan el 2% para 2025. Hay que empezar a tomarlo en cuenta", finaliza.