"La máscara cayó": Occidente urde el proteccionismo económico para combatir a China
"La máscara cayó": Occidente urde el proteccionismo económico para combatir a China
Sputnik Mundo
Canadá secunda a Estados Unidos e impone aranceles del 100% contra autos eléctricos producidos en China. Al adoptar el proteccionismo económico para contener... 30.08.2024, Sputnik Mundo
Esta semana, Canadá anunció la imposición de aranceles del 100% contra vehículos eléctricos producidos en China, así como tarifas de 25% en las importaciones de aluminio. La medida, que fue clasificada por Pekín como "proteccionismo clásico", abre un nuevo frente en la guerra comercial que Occidente le declaró al país asiático. La medida canadiense refleja la de sus vecinos y aliados, Estados Unidos, que cuadriplicaron los aranceles impuestos contra autos eléctricos chinos en mayo de este año, alcanzando también la marca del 100%. Además, Washington restringió las importaciones de semiconductores, componentes para paneles de energía solar, baterías de iones de litio y otros bienes considerados estratégicos. El Ministerio de Comercio de China reaccionó al anuncio canadiense declarando que la medida va en contra de las reglas internacionales del comercio y afecta la "estabilidad de las cadenas de suministros globales", según informó Reuters. El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Li Jian, se sumó al coro, declarando que la competitividad de los autos eléctricos chinos es fruto de la "innovación tecnológica persistente, cadenas industriales y de suministros bien establecidas y a la adhesión total a la competencia del mercado". Una de las empresas que será más afectada en el corto plazo por los aranceles canadienses es la estadounidense Tesla, que en 2023 exportó más de 35.000 unidades de autos eléctricos producidos en Shangai para Canadá, de acuerdo con el portal Automative News.El 29 de agosto, Tesla solicitó al Gobierno canadiense que reconsidere los aranceles impuestos, de acuerdo con Reuters. Las tarifas impuestas contra China por la Unión Europea, por ejemplo, garantizan un trato especial a la occidental Tesla. Mientras que las empresas chinas son blanco de impuestos que varían entre 17 y 36%, Tesla soporta solo el 9%, escenario que podría repetirse en el caso canadiense. Otros líderes chinos del mercado, como BYD, aún no exportan cantidades significativas para el país norteamericano. Actualmente, los autos eléctricos chinos tienen como principales mercados países del sur global, particularmente en la región del sureste asiático. ¿Adiós al liberalismo comercial? La decisión canadiense refleja la tendencia de recrudecimiento de las relaciones geopolíticas globales, que se observa en los flujos comerciales, cree el profesor de economía de Mackenzie, Milton Pignatari. Para el especialista, la actual proliferación de conflictos internacionales lleva a una división entre lados beligerantes opuestos, que ejercen su rivalidad también en la esfera comercial. El resurgimiento del proteccionismo global y la consolidación de las guerras comerciales podrían llevar a un estancamiento de la producción de riqueza y generar una crisis económica internacional, alertó el economista. "Siguiendo de manera didáctica las reglas del mercado, si tenemos menos oferta de lo que se demanda, ciertamente habrá un aumento de los precios. Con un incremento de precios, los países tendrán menos reservas, lo que compromete la acumulación de riqueza. Eso hará que las inversiones tengan que ser repensadas. Al disminuir las inversiones, siempre existe una tendencia fuerte para que la productividad disminuya", explicó Pignatari. El esfuerzo de los países occidentales desarrollados para frenar el crecimiento chino a través de la imposición de aranceles también podría tener efectos nocivos en sus propias economías, disminuyendo el acceso solo a bienes industriales esenciales, sino también a productos alimenticios como arroz y maíz. "Es decir, frenar el crecimiento chino podría influir en frenar también a otras economías", cree Pignatari. Por otro lado, China se prepara para el impacto de las medidas occidentales y ya desvía sus exportaciones para mercados del sur global, menos propensos a adoptar aranceles comerciales de cuño geopolítico, dijo el maestro en historia por la Universidad de San Pablo (USP), Brasil, residente en Pekín y especialista en asuntos relacionados con China, Marco Fernandes. La capacidad occidental de frenar el crecimiento económico de China a través de la imposición de aranceles comerciales también tropieza con la fortaleza del mercado interno chino, capaz de mantener la demanda de productos industriales producidos internamente. "China tiene otro as bajo la manga, que es su mercado interno. Podemos considerar que el país actualmente cuenta con una clase media de cerca de 400 millones de personas. El objetivo del Gobierno es expandir esa cifra a 700 millones en 2035, es decir, prácticamente duplicar la capacidad", reveló Fernandes. Según él, esa estrategia económica china es denominada "circulación dual" e implica la disminución de la dependencia de exportaciones para apostar por el crecimiento del consumo interno. "China anticipó problemas de naturaleza geopolítica y formuló ese concepto, que atiende las demandas internas por el aumento de la prosperidad", dice el analista. Por otro lado, el analista observó que el proteccionismo de los países desarrollados no es una novedad y siempre fue utilizado para proteger sectores económicos menos competitivos de Estados Unidos y Europa, como el sector agrícola. La liberalización de los mercados del sur global llevó a procesos nocivos, como la desindustrialización de países clave, como Sudáfrica y Brasil, "que era una potencia industrial décadas atrás, y hoy se reduce a ser una gran hacienda o una gran mina". En el nuevo momento geopolítico, Brasil podrá posicionarse y tomar nuevas decisiones para reforzar su parque industrial interno", concluyó el analista.
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"La máscara cayó": Occidente urde el proteccionismo económico para combatir a China
Canadá secunda a Estados Unidos e impone aranceles del 100% contra autos eléctricos producidos en China. Al adoptar el proteccionismo económico para contener el crecimiento chino, Occidente revela la falacia de su discurso en favor del libre comercio, considera el analista consultado por Sputnik.
La medida canadiense refleja la de sus vecinos y aliados, Estados Unidos, que cuadriplicaron los aranceles impuestos contra autos eléctricos chinos en mayo de este año, alcanzando también la marca del 100%. Además, Washington restringió las importaciones de semiconductores, componentes para paneles de energía solar, baterías de iones de litio y otros bienes considerados estratégicos.
El Ministerio de Comercio de China reaccionó al anuncio canadiense declarando que la medida va en contra de las reglas internacionales del comercio y afecta la "estabilidad de las cadenas de suministros globales", según informó Reuters.
"La parte canadiense afirma apoyar el libre comercio y el sistema de comercio multilateral con base en reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), pero viola flagrantemente las reglas de esta organización, sigue ciegamente a determinados países y anuncia que adoptará medidas arancelarias unilaterales, lo que es proteccionismo comercial típico", dijo el portavoz del Ministerio chino.
El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Li Jian, se sumó al coro, declarando que la competitividad de los autos eléctricos chinos es fruto de la "innovación tecnológica persistente, cadenas industriales y de suministros bien establecidas y a la adhesión total a la competencia del mercado".
"Los subsidios no generan competitividad industrial, mientras que el proteccionismo solo preserva el atraso. El desarrollo futuro será sacrificado", dijo el portavoz de la Cancillería china.
Una de las empresas que será más afectada en el corto plazo por los aranceles canadienses es la estadounidense Tesla, que en 2023 exportó más de 35.000 unidades de autos eléctricos producidos en Shangai para Canadá, de acuerdo con el portal Automative News.
El 29 de agosto, Tesla solicitó al Gobierno canadiense que reconsidere los aranceles impuestos, de acuerdo con Reuters. Las tarifas impuestas contra China por la Unión Europea, por ejemplo, garantizan un trato especial a la occidental Tesla. Mientras que las empresas chinas son blanco de impuestos que varían entre 17 y 36%, Tesla soporta solo el 9%, escenario que podría repetirse en el caso canadiense.
Otros líderes chinos del mercado, como BYD, aún no exportan cantidades significativas para el país norteamericano. Actualmente, los autos eléctricos chinos tienen como principales mercados países del sur global, particularmente en la región del sureste asiático.
¿Adiós al liberalismo comercial?
La decisión canadiense refleja la tendencia de recrudecimiento de las relaciones geopolíticas globales, que se observa en los flujos comerciales, cree el profesor de economía de Mackenzie, Milton Pignatari. Para el especialista, la actual proliferación de conflictos internacionales lleva a una división entre lados beligerantes opuestos, que ejercen su rivalidad también en la esfera comercial.
"En el ejemplo de Canadá, por cuestiones políticas, geográficas e ideológicas, ciertamente es mucho mejor mantener buenas relaciones con Estados Unidos [que con China] (...) Esto nos lleva a creer que en la situación económica actual, existe, sí, una alteración en los procesos de liberalización comercial en curso, no a gran escala, pero señalando algunas tendencias que pueden confirmarse en el futuro, principalemente con el eventual resultado de los conflictos", dijo a Sputnik Pignatari.
El resurgimiento del proteccionismo global y la consolidación de las guerras comerciales podrían llevar a un estancamiento de la producción de riqueza y generar una crisis económica internacional, alertó el economista.
"Siguiendo de manera didáctica las reglas del mercado, si tenemos menos oferta de lo que se demanda, ciertamente habrá un aumento de los precios. Con un incremento de precios, los países tendrán menos reservas, lo que compromete la acumulación de riqueza. Eso hará que las inversiones tengan que ser repensadas. Al disminuir las inversiones, siempre existe una tendencia fuerte para que la productividad disminuya", explicó Pignatari.
El esfuerzo de los países occidentales desarrollados para frenar el crecimiento chino a través de la imposición de aranceles también podría tener efectos nocivos en sus propias economías, disminuyendo el acceso solo a bienes industriales esenciales, sino también a productos alimenticios como arroz y maíz. "Es decir, frenar el crecimiento chino podría influir en frenar también a otras economías", cree Pignatari.
Por otro lado, China se prepara para el impacto de las medidas occidentales y ya desvía sus exportaciones para mercados del sur global, menos propensos a adoptar aranceles comerciales de cuño geopolítico, dijo el maestro en historia por la Universidad de San Pablo (USP), Brasil, residente en Pekín y especialista en asuntos relacionados con China, Marco Fernandes.
"Desde finales de 2022, China comenzó a exportar más hacia los países del sur global que a naciones desarrolladas, lo que es, en mi opinión, otro movimiento tectónico de la economía global (...) Esa tendencia se consolidó en 2023 y se encuentra en plena aceleración, lo que cambia el juego completamente", dijo a Sputnik Fernandes.
La capacidad occidental de frenar el crecimiento económico de China a través de la imposición de aranceles comerciales también tropieza con la fortaleza del mercado interno chino, capaz de mantener la demanda de productos industriales producidos internamente.
"China tiene otro as bajo la manga, que es su mercado interno. Podemos considerar que el país actualmente cuenta con una clase media de cerca de 400 millones de personas. El objetivo del Gobierno es expandir esa cifra a 700 millones en 2035, es decir, prácticamente duplicar la capacidad", reveló Fernandes.
Según él, esa estrategia económica china es denominada "circulación dual" e implica la disminución de la dependencia de exportaciones para apostar por el crecimiento del consumo interno. "China anticipó problemas de naturaleza geopolítica y formuló ese concepto, que atiende las demandas internas por el aumento de la prosperidad", dice el analista.
Por otro lado, el analista observó que el proteccionismo de los países desarrollados no es una novedad y siempre fue utilizado para proteger sectores económicos menos competitivos de Estados Unidos y Europa, como el sector agrícola.
"Brasil es blanco del proteccionismo europeo desde hace décadas, basta fijarnos en las negociaciones del acuerdo Mercosur-Unión Europea, que nunca fue concluido", recordó Fernandes a tiempo de señalar que "el discurso liberal del libre comercio dirigido por los países desarrollados, en cuanto mantenían la hegemonía absoluta del mercado mundial, era hipócrita y apuntaba a convencer a las clases dominantes del sur global a abrir sus mercados internos. Ahora vemos que la máscara cayó".
La liberalización de los mercados del sur global llevó a procesos nocivos, como la desindustrialización de países clave, como Sudáfrica y Brasil, "que era una potencia industrial décadas atrás, y hoy se reduce a ser una gran hacienda o una gran mina". En el nuevo momento geopolítico, Brasil podrá posicionarse y tomar nuevas decisiones para reforzar su parque industrial interno", concluyó el analista.
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