Guerra de aranceles: el jamón español, ¿víctima de la carga de la UE al vehículo eléctrico chino?
Guerra de aranceles: el jamón español, ¿víctima de la carga de la UE al vehículo eléctrico chino?
Sputnik Mundo
Pekín investiga si las exportaciones de porcino de la UE incurren en dumping. España es su mayor exportador al país asiático, pero puede que su producto... 20.06.2024, Sputnik Mundo
El Ministerio de Comercio de China anunció el 17 de junio que iniciará una investigación antidumping sobre una "determinada" producción de carne de cerdo y subproductos porcinos originarios de la UE. Días antes, la Comisión Europea (CE) había proclamado la imposición de aranceles de hasta el 38% a los vehículos eléctricos importados del país asiático.La medida se impulsa a petición de la industria nacional china –en concreto, por la Asociación China de Ganadería–y se ajusta tanto a la normativa del país como a las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), subrayaron en el citado ministerio. Las pesquisas girarán en torno al volumen importado de la UE en 2023 y se estudiará el posible perjuicio causado al sector porcino chino entre 2020 y 2023.En general, la investigación podría tener importantes implicaciones para la industria cárnica de la UE. En 2023, China importó 6.000 millones de dólares de carne de cerdo, más de la mitad procedente de la UE. España es el principal exportador europeo de carne de cerdo a China (le siguen Francia y los Países Bajos). La producción a analizar comprende carne de cerdo y sus subproductos, como casquería, grasa y sus derivados, o vísceras. La investigación abarcará un año con opción a una prórroga de seis meses.Clave de la exportación alimentaria españolaLa carne de cerdo y sus derivados representa el 61% de los ingresos que el país ibérico obtiene por la exportación de productos agroalimentarios, muy por encima de los consignados por la venta de aceite de oliva o vino.En Interporc destacan las "excelentes relaciones" entre el sector porcino español y los operadores chinos, así como su transparencia. "Por ello, las empresas porcinas españolas colaborarán aportando toda la información que soliciten las autoridades chinas", afirma esta organización en un comunicado.El Ministerio de Economía español ha transmitido a los sectores profesionales que algunos productos quedarán excluidos de la investigación, pues entre las categorías que manejan sus homólogos chinos no aparecen los códigos correspondientes a jamón y embutidos. En la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI) se muestran confiados, al entender así que el jamón ibérico y el serrano no se contarán entre los productos afectados. Además, su presidente, Raúl García, niega que el sector esté abaratando las ventas."La carne de porcino española es la más cara del mundo, no estamos haciendo ventas por debajo de coste. EEUU y Brasil son más competitivos y son ellos los que copan el mercado en China", declaró a Canal Extremadura. A su juicio, la normativa comunitaria de obligado cumplimiento en materia ambiental, fitosanitaria y fiscal encarece el producto.Pero para la parte china, las subvenciones de Bruselas al sector primario de la economía, que en lo que respecta al sector agrícola y ganadero están contempladas en el marco de la tan criticada como elogiada Política Agraria Común (PAC), son precisamente uno de los objetos de la investigación.Diferencias de inicioLa interpretación que de este asunto hace la prensa española y europea remite a una suerte de acción de represalia china en respuesta al anuncio de Bruselas de gravar con fuertes aranceles la importación de vehículos eléctricos chinos en la UE. Pero la explicación que aporta el Ministerio de Comercio chino, que no alude al anuncio de la CE, es otra.En la Oficina de Recursos e Investigaciones Comerciales del citado ministerio aseguran que el proceso se inició después de que la industria nacional presentara el 6 de junio una solicitud, que fue atendida de conformidad con las leyes y reglamentos chinos pertinentes. De acuerdo con las normas de la OMC, el organismo consideró que la demanda cumplía las condiciones para iniciar una investigación antidumping."La investigación se llevará a cabo de conformidad con la ley, se protegerán plenamente los derechos de todas las partes interesadas y se emitirán resoluciones objetivas y justas basadas en sus resultados", declaró una fuente ministerial al diario chino Global Times.Es más, los analistas subrayan el marcado contraste entre la investigación china, que parte de una petición de la industria nacional de acuerdo con las normas de la OMC, y la medida de la CE, promovida en particular desde Madrid y París, sin una solicitud de las industrias pertinentes de la UE y con un proceso de investigación, que según denuncia Pekín, es de dudosa objetividad y en posible violación de las normas de la OMC.Al respecto de la decisión de la CE, Xulio Ríos, asesor emérito del Observatorio de la Política China (OPCh) con base en Pontevedra (España), la califica de "extraña", al ser una medida que no proviene de la presión de los sectores implicados. "Ocurre todo lo contrario; desde las automovilísticas hasta las cámaras de comercio y las patronales, nadie confía en la utilidad ni en la idoneidad de los aranceles a los vehículos chinos", explica a Sputnik. Y recuerda las discrepancias en el propio seno del Gobierno español, donde los ministros Jordi Hereu (Industria) y Luis Planas (Agricultura) "se han mostrado críticos"."Esto demuestra que la CE enfoca cada vez más las cuestiones económicas y comerciales a través de una óptica política y de seguridad, algo completamente diferente a una reacción basada en las condiciones del mercado", declaró por su parte a Global Times Cui Hongjian, profesor de la Academia de Gobernanza Regional y Global de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, que justifica la investigación china por el "aumento significativo" de las exportaciones de la UE a China de determinadas carnes de cerdo y subproductos porcinos.¿Hacia una guerra comercial?La misma opinión mediática que habla de la investigación china como una represalia, asume que una guerra comercial está en ciernes. No obstante, tal vez haya espacio para la negociación, puesto que la CE anunció los tipos arancelarios adicionales el 12 de junio y no empezará a cobrarlos hasta el 4 de julio. Y la investigación del porcino europeo durará un año."A China no le interesa abrir contenciosos comerciales con la UE, ni mucho menos escalar hacia una guerra comercial. Ni por intereses propiamente económicos ni geopolíticos", asegura Xulio Ríos, que admite que la respuesta del gigante asiático siempre entrañará medidas "que considere apropiadas", aptas también para entablar una negociación. "Quedan meses por delante para alcanzar un entendimiento que también dependerá de cómo se articulen las nuevas autoridades comunitarias", añade.La política arancelaria de China también está contemplando la imposición de tasas al brandy francés. Por lo que respecta al sector automovilístico, Pekín está ultimando un plan que incluye aranceles de hasta el 25% a la importación de vehículos del tipo sedán y todocaminos (SUV) que cuenten con un motor de más de 2,5 litros. Y el sector lácteo chino también planea solicitar a las autoridades competentes la apertura de una investigación sobre las importaciones de determinados productos lácteos procedentes de la UE, para determinar sus subvenciones."De ahí que las exportaciones sean también más baratas para el resto del mundo", escribe en su cuenta personal de la red X el economista Juan Vázquez Rojo, que concluye que, en esta situación, "China está exportando deflación al mundo".Dada la expansión inversionista china, que en el caso de España se materializa con la próxima apertura de una factoría de vehículos eléctricos del grupo automovilístico Chery en la zona franca de Barcelona, cuesta entender la lógica de una guerra comercial con la UE. Más aún cuando la estadounidense Ford ha anunciado el despido de más de 1.600 trabajadores en su fábrica de Valencia, pese a que en 2022 prometió fabricar allí modelos eléctricos.
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Guerra de aranceles: el jamón español, ¿víctima de la carga de la UE al vehículo eléctrico chino?
Pekín investiga si las exportaciones de porcino de la UE incurren en dumping. España es su mayor exportador al país asiático, pero puede que su producto estrella no quede afectado. En China justifican la medida con una adecuación a las normas de la OMC. Una guerra comercial es inadmisible, señalan los analistas, que ven sumisión a EEUU en Bruselas.
El Ministerio de Comercio de China anunció el 17 de junio que iniciará una investigación antidumping sobre una "determinada" producción de carne de cerdo y subproductos porcinos originarios de la UE. Días antes, la Comisión Europea (CE) había proclamado la imposición de aranceles de hasta el 38% a los vehículos eléctricos importados del país asiático.
La medida se impulsa a petición de la industria nacional china –en concreto, por la Asociación China de Ganadería–y se ajusta tanto a la normativa del país como a las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), subrayaron en el citado ministerio. Las pesquisas girarán en torno al volumen importado de la UE en 2023 y se estudiará el posible perjuicio causado al sector porcino chino entre 2020 y 2023.
En general, la investigación podría tener importantes implicaciones para la industria cárnica de la UE. En 2023, China importó 6.000 millones de dólares de carne de cerdo, más de la mitad procedente de la UE. España es el principal exportador europeo de carne de cerdo a China (le siguen Francia y los Países Bajos). La producción a analizar comprende carne de cerdo y sus subproductos, como casquería, grasa y sus derivados, o vísceras. La investigación abarcará un año con opción a una prórroga de seis meses.
Clave de la exportación alimentaria española
La carne de cerdo y sus derivados representa el 61% de los ingresos que el país ibérico obtiene por la exportación de productos agroalimentarios, muy por encima de los consignados por la venta de aceite de oliva o vino.
Según datos de la patronal Interporc, en 2023 España exportó a China unas 560.488 toneladas de carne y elaborados de porcino por un valor de 1.223 millones de euros. China es el mercado de porcino más grande del mundo y el destino del 20,3% de las exportaciones españolas de este tipo de carne.
En Interporc destacan las "excelentes relaciones" entre el sector porcino español y los operadores chinos, así como su transparencia. "Por ello, las empresas porcinas españolas colaborarán aportando toda la información que soliciten las autoridades chinas", afirma esta organización en un comunicado.
El Ministerio de Economía español ha transmitido a los sectores profesionales que algunos productos quedarán excluidos de la investigación, pues entre las categorías que manejan sus homólogos chinos no aparecen los códigos correspondientes a jamón y embutidos. En la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI) se muestran confiados, al entender así que el jamón ibérico y el serrano no se contarán entre los productos afectados. Además, su presidente, Raúl García, niega que el sector esté abaratando las ventas.
"La carne de porcino española es la más cara del mundo, no estamos haciendo ventas por debajo de coste. EEUU y Brasil son más competitivos y son ellos los que copan el mercado en China", declaró a Canal Extremadura. A su juicio, la normativa comunitaria de obligado cumplimiento en materia ambiental, fitosanitaria y fiscal encarece el producto.
Pero para la parte china, las subvenciones de Bruselas al sector primario de la economía, que en lo que respecta al sector agrícola y ganadero están contempladas en el marco de la tan criticada como elogiada Política Agraria Común (PAC), son precisamente uno de los objetos de la investigación.
Diferencias de inicio
La interpretación que de este asunto hace la prensa española y europea remite a una suerte de acción de represalia china en respuesta al anuncio de Bruselas de gravar con fuertes aranceles la importación de vehículos eléctricos chinos en la UE. Pero la explicación que aporta el Ministerio de Comercio chino, que no alude al anuncio de la CE, es otra.
En la Oficina de Recursos e Investigaciones Comerciales del citado ministerio aseguran que el proceso se inició después de que la industria nacional presentara el 6 de junio una solicitud, que fue atendida de conformidad con las leyes y reglamentos chinos pertinentes. De acuerdo con las normas de la OMC, el organismo consideró que la demanda cumplía las condiciones para iniciar una investigación antidumping.
"La investigación se llevará a cabo de conformidad con la ley, se protegerán plenamente los derechos de todas las partes interesadas y se emitirán resoluciones objetivas y justas basadas en sus resultados", declaró una fuente ministerial al diario chino Global Times.
Es más, los analistas subrayan el marcado contraste entre la investigación china, que parte de una petición de la industria nacional de acuerdo con las normas de la OMC, y la medida de la CE, promovida en particular desde Madrid y París, sin una solicitud de las industrias pertinentes de la UE y con un proceso de investigación, que según denuncia Pekín, es de dudosa objetividad y en posible violación de las normas de la OMC.
Al respecto de la decisión de la CE, Xulio Ríos, asesor emérito del Observatorio de la Política China (OPCh) con base en Pontevedra (España), la califica de "extraña", al ser una medida que no proviene de la presión de los sectores implicados.
"Ocurre todo lo contrario; desde las automovilísticas hasta las cámaras de comercio y las patronales, nadie confía en la utilidad ni en la idoneidad de los aranceles a los vehículos chinos", explica a Sputnik. Y recuerda las discrepancias en el propio seno del Gobierno español, donde los ministros Jordi Hereu (Industria) y Luis Planas (Agricultura) "se han mostrado críticos".
"Más allá del habitual seguidismo a EEUU por parte de la UE, es difícil encontrar una explicación lógica. Y en el caso de España, sorprende más que sea la vicepresidenta Teresa Ribera [también ministra de Transición Ecológica] quien haga de valedora de los aranceles a sabiendas de que el retraso en la introducción de los vehículos eléctricos repercutirá negativamente en los objetivos verdes, que ella siempre proclama como una cuestión de vital trascendencia", afirma Ríos.
"Esto demuestra que la CE enfoca cada vez más las cuestiones económicas y comerciales a través de una óptica política y de seguridad, algo completamente diferente a una reacción basada en las condiciones del mercado", declaró por su parte a Global Times Cui Hongjian, profesor de la Academia de Gobernanza Regional y Global de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, que justifica la investigación china por el "aumento significativo" de las exportaciones de la UE a China de determinadas carnes de cerdo y subproductos porcinos.
¿Hacia una guerra comercial?
La misma opinión mediática que habla de la investigación china como una represalia, asume que una guerra comercial está en ciernes. No obstante, tal vez haya espacio para la negociación, puesto que la CE anunció los tipos arancelarios adicionales el 12 de junio y no empezará a cobrarlos hasta el 4 de julio. Y la investigación del porcino europeo durará un año.
"A China no le interesa abrir contenciosos comerciales con la UE, ni mucho menos escalar hacia una guerra comercial. Ni por intereses propiamente económicos ni geopolíticos", asegura Xulio Ríos, que admite que la respuesta del gigante asiático siempre entrañará medidas "que considere apropiadas", aptas también para entablar una negociación. "Quedan meses por delante para alcanzar un entendimiento que también dependerá de cómo se articulen las nuevas autoridades comunitarias", añade.
La política arancelaria de China también está contemplando la imposición de tasas al brandy francés. Por lo que respecta al sector automovilístico, Pekín está ultimando un plan que incluye aranceles de hasta el 25% a la importación de vehículos del tipo sedán y todocaminos (SUV) que cuenten con un motor de más de 2,5 litros. Y el sector lácteo chino también planea solicitar a las autoridades competentes la apertura de una investigación sobre las importaciones de determinados productos lácteos procedentes de la UE, para determinar sus subvenciones.
Según datos de la Oficina Nacional Estadística de China, la producción de vehículos eléctricos, híbridos y de hidrógeno creció en mayo un 33,6%. Y la producción de chips, un 17,3%. En un contexto de caída de precios de la producción industrial (-1,4% interanual), de consumo interno moderado (+3,7%) y de derrumbe de la inversión inmobiliaria (-10,1%), el crecimiento industrial es sostenido (5,6%) y el de las altas tecnologías se muestra particularmente fuerte (10%).
"De ahí que las exportaciones sean también más baratas para el resto del mundo", escribe en su cuenta personal de la red X el economista Juan Vázquez Rojo, que concluye que, en esta situación, "China está exportando deflación al mundo".
Dada la expansión inversionista china, que en el caso de España se materializa con la próxima apertura de una factoría de vehículos eléctricos del grupo automovilístico Chery en la zona franca de Barcelona, cuesta entender la lógica de una guerra comercial con la UE. Más aún cuando la estadounidense Ford ha anunciado el despido de más de 1.600 trabajadores en su fábrica de Valencia, pese a que en 2022 prometió fabricar allí modelos eléctricos.
"También hay inversiones chinas en Zaragoza y en el puerto de Ferrol. Con este contexto, creo que hay un amplio margen de holgura para llevar a cabo una negociación que pueda satisfacer los intereses de las partes en un horizonte de realización flexible", concluye Xulio Ríos.
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