Una de las principales preocupaciones de México está enfocada en la intención de Trump de renegociar o incluso retirarse del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994, ante la cual el mandatario planteó el fin de semana, que "más que hablar de una renegociación se trata de una modernización”, al dirigirse al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), celebrado en Perú.
La declaración del mandatario fue hecha tras experimentar el primer impacto real de la llegada de Trump a la Casa Blanca, quien intervino para que una planta de la armadora de autos Ford sea instalada en Kentucky y no en el país latinoamericano.
"Acabo de tener una conversación con mi amigo Bill Ford, presidente de Ford, quien me aseguró que dejará la planta de Lincoln en Kentucky, no en México", festejo Trump la noche del 17 de novembre en su cuenta de Twitter.
Preparativos anti-Trump
Mientras que Trump teje su gabinete, la incertidumbre se ha apoderado de México: "No sabemos en qué cambios están pensando nuestros socios, pero el balance es positivo" sobre el TLCAN, dijo el secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.
Pero la incertidumbre marcó el discurso de Peña Nieto, quien sin mencionar al próximo presidente de EEUU advirtió sobre "las voces que culpan a la globalización y al libre comercio de la desigualdad y la falta de crecimiento (…); la apertura comercial ha reportado más beneficios que perjuicios’’.
Mientras tanto, en el Congreso ya circulan proyectos de ley para proteger los intereses de México, y el más radical es el del Partido de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda), que contempla la revocación de varios tratados bilaterales, incluido el acuerdo de 1848 que transfirió la mitad de su territorio a EEUU, si Trump anula el TLCAN.
El acuerdo de libre comercio generó la mayor transformación estructural de México a finales del siglo XX, eliminó su dependencia de las exportaciones petroleras, disparó el intercambio bilateral un 470% en dos décadas, a 530.000 millones de dólares en 2015, y ahora le permite acaparar un 70% de las importaciones de EEUU procedentes de América Latina y el Caribe, según la CEPAL.
Entre sus previsiones, México comenzó a tejer una alianza con Canadá, y el presidente mexicano firmó con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, un comunicado conjunto ante la APEC.
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Los dos socios norteamericanos de EEUU se comprometieron a "colaborar de manera continua, cercana y efectiva para seguir promoviendo a América del Norte como una región competitiva y próspera’’, además de la eliminación de la visa para visitantes mexicanos a partir de diciembre.
En busca del consenso social
Por su parte, el secretario de Finanzas, José Antonio Meade, dijo en un acto del fin de semana que el próximo gobierno de Trump "representa una oportunidad para que el Gobierno y la sociedad civil de México reflexionen si existe algún segmento social que se sienta desatendido o no sea escuchado ni visto".
El alto funcionario consideró que no solo se debe contar con buenos fundamentos en finanzas públicas y la economía para dialogar con EEUU, sino "revisar nuestras fortalezas; identificar alternativas en términos de desarrollo y de proyectos, buscarlas dentro del país y en otras regiones".
El alto funcionario admitió además que "un segmento importante en la sociedad discrepa de ese análisis porque no lo hemos volteado a ver y no lo hemos escuchado".
México se prepara para dialogar con Trump: "Pero lo hará con una fortaleza que no tenía antes, porque ahora es la economía número 14 del mundo y el primer o segundo socio comercial de 29 de los 50 estados" del país vecino del norte, advirtió.
Los riesgos
Pero las políticas de Trump podrían afectar el comercio y el crecimiento dentro de la región consideró la agencia calificadora de riesgos, Fitch Ratings, en un análisis difundido este lunes.
En el largo plazo, en el sistema bancario "podría haber un potencial negativo en la calidad de los activos, el crecimiento de los préstamos y la rentabilidad, de haber un giro hacia un proteccionismo estadounidense", adelanta Fitch en su último reporte sobre el país latinoamericano.
Jaime Zabludovsky, quien fue subjefe de la negociación del TLCAN, señaló que EEUU "es nuestro principal mercado, es un mercado estratégico, la integración de América del Norte es central y eso no va a cambiar con o sin el señor Trump, porque estamos dictados por la geografía y por las cadenas productivas, esto no va desaparecer".
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Luis de la Calle, quien estuvo a cargo de los Asuntos Comerciales de México en Washington, dijo que el mercado mexicano "es el segundo de EEUU y en unos cuatro años será el mercado más grande del mundo; y si Trump piensa que puede subir aranceles a México sin que suban para EEUU, eso no es cierto".
"Lo único que hará es beneficiar a otras regiones del mundo”, puntualizó De la Calle.