El barco de rescate de la ONG española 'Open Arms' transportaba a más de un centenar de migrantes del Mediterráneo encontrados en tres operaciones de salvamento.
Italia y Malta son los dos países europeos más cercanos a las zonas de rescate y que mantienen sus puertos cerrados a los barcos humanitarios.
Ante esa situación, los responsables del Open Arms pidieron asistencia a España, Francia y Alemania, los cuales no ofrecieron ninguna solución concreta a la situación.
El 15 de agosto un tribunal administrativo de Lazio permitió la entrada del barco en aguas italianas, una decisión que Salvini ha prometido recurrir.