"La Comisión Europea ha reconocido que ha sido el Gobierno español el que ha desenquistado la situación", afirmó la vicepresidenta.
El barco de rescate atracó finalmente en la isla de Lampedusa (Italia) después de que el fiscal Luigi Patronaggio decretase la orden judicial del desembarco inmediato de los migrantes que viajaban a bordo después de ser rescatados.
Los dos países europeos más cercanos a las zonas de rescate —y por tanto a los que les correspondería la responsabilidad de atender a los rescatados— eran Italia y Malta, que actualmente tienen una política de tolerancia cero hacia las ONG dedicadas a rescatar migrantes en el mar y no ofrecieron sus puertos.
Durante el pleno de este 29 de agosto, Calvo criticó que el Open Arms "no quiso en ningún momento venir a puerto español", a pesar de que el capitán de la embarcación justificó la negativa argumentando que tardarían cinco días en llegar a Algeciras y que las condiciones no eran óptimas para la travesía.
Además, Calvo destacó que el "fenómeno migratorio es absolutamente eterno y recurrente" e insistió en que "esta política de protección de derechos humanos" se tiene que "conjugar la política de seguridad de nuestro país".
Ante esta situación, pidió una "corresponsabilidad europea" en la recepción de migrantes.
La mandataria terminó su comparecencia asegurando que en esta cuestión "se anduvo una parte del camino" pero "queda mucho por hacer".
"Debería ser una política protegida por todos nosotros. Con esto sí se protege España", concluyó la vicepresidenta española.