Tras confirmar el primer caso de coronavirus, el Gobierno uruguayo decretó el 14 de marzo el estado de emergencia sanitaria en todo el territorio. Esto implicó el cierre de las fronteras para los vuelos procedentes de la mayoría de los países con focos graves de COVID-19 y un bloqueo total de la línea fronteriza con Argentina y Brasil.
Además, fueron suspendidos los espectáculos públicos y las clases de la educación primaria y secundaria, cerrados los centros comerciales excepto farmacias y supermercados, y las ferias no alimentarias.
Para hacer frente a la pandemia, el Gobierno de Luis Lacalle Pou anunció una serie de medidas económicas que incluyen un recorte del 20% de los salarios de todos los cargos públicos y la creación de un fondo coronavirus.