La ceremonia tuvo lugar en la localidad de Alexinac, en el sur del país, gravemente afectada por los bombardeos en abril y mayo de 1999. El alto diplomático ruso participó en estos actos por quinta vez.
"Cuando empiezan a enseñarnos de 'humanismo' y 'derechos humanos' mientras sabemos lo que hicieron [en Serbia], quiere decir que dicen una cosa y hacen otra, o, como variante, no consideran a los serbios como seres humanos. Iban matando miles de civiles indiscriminadamente", subrayó.
"Que lleguen sus representantes y expliquen las razones porqué y para qué mataron a tantos serbios. Pero temo que no lo veamos en los tiempos próximos", comentó el embajador ruso.
Un breve repaso de la historia
La intervención militar no fue sancionada por el Consejo de Seguridad de la ONU y se justificó por las acusaciones de los países occidentales contra Yugoslavia por las supuestas limpiezas étnicas en la autonomía kosovar y "la catástrofe humanitaria" provocada por las fuerzas gubernamentales yugoslavas.
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En 2008, el Parlamento de Kosovo, hasta la fecha bajo la jurisdicción de la administración interina de la ONU, declaró unilateralmente su independencia de Serbia.
El acto fue avalado por la mayoría de los países europeos (con la notable excepción de España, no ajena ella misma al fenómeno del separatismo) y miembros de la OTAN, así como por varios países latinoamericanos, africanos y asiáticos. Belgrado rechazó rotundamente la decisión unilateral.
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Primero de su tipo
Los bombardeos de 1999 fueron el primer caso en que se justificó una invasión militar bajo el pretexto de "intervención humanitaria", un debatido concepto del derecho internacional que busca determinar una 'frontera' entre la soberanía de un Estado y la obligación de la comunidad internacional de interferir en la situación en el terreno sin la aprobación de sus gobernantes.
No obstante, el pretexto se hizo popular para justificar no solo las operaciones realmente humanitarias sino también para derrocar Gobiernos incómodos.
Contra Siria, también, los países occidentales lanzan regularmente acusaciones de crear "crisis humanitarias" y "llevar a cabo ataques indiscriminados contra su propio pueblo", pretextos semejantes a los usados anteriormente para justificar invasiones militares de la OTAN.
Rusia ha advertido contra usar este pretexto fallido.
Los bombardeos de Yugoslavia resultaron encarnar todos los aspectos modernos de una típica operación de cambio de régimen, practicada hasta hoy en día por EEUU y sus aliados, señala el periodista Adam Garrie del medio alternativo británico Off-Guardian:
"El nuevo modelo, compuesto por una serie de pasos calculados, ha sido exitosamente repetido en Afganistán, Irak, Libia y, sin éxito, en Siria. ¿De qué se trata?"
1. Desacreditar a un líder extranjero a pesar de mantener contactos con él en el pasado
Se repitió la historia con Sadam Husein (aliado de EEUU en la guerra contra Irán en 1980-1988), los talibanes afganos (apoyados por Washington en su lucha contra la URSS en los ochenta y enemigos mortales en los noventa y hasta la actualidad) y Muamar Gadafi, quien firmó un acuerdo con EEUU en 2003, ocho años antes de la invasión.
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2. Presentar al defensor como un agresor
El Gobierno yugoslavo fue acusado de llevar a cabo operaciones de limpieza étnica en Kosovo, mientras "la realidad del conflicto fue que las fuerzas yugoslavas luchaban contra las limpiezas étnicas perpetradas por los terroristas del KLA". El grupo armado kosovar fue catalogado como una organización terrorista por la ONU en 1998.
3. Tachar al 'régimen incómodo' como antidemocrático y por eso, peligroso
"En 1999, muy pocos estadounidenses sabían algo sobre el sistema político de Yugoslavia. Lo mismo ocurrió con los talibanes en Afganistán, Husein en Irak, Gadafi en Libia y Bashar Asad en Siria", recuerda el autor.
Por eso, "para crear una narrativa fácilmente digerible, EEUU demonizó a los líderes que le hacían frente", calificándolos como "antidemocráticos, tiránicos, tecnócratas y malvados".
La mayoría de los cambios de régimen emprendidos por la OTAN no tenían la autorización de la ONU, en particular la guerra en Irak y los bombardeos de Yugoslavia, escribe Garrie.
"Las intervenciones han sido totalmente ilegítimas. Han sido crímenes de guerra. (…) Fue en 1999 cuando la ONU se solidificó como un eventual 'legitimador' de las invasiones de EEUU, pero jamás en poder de prevenirlas", enfatiza el periodista.
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En cuanto a Libia, la ONU sí dictó crear una zona de exclusión aérea para prevenir masacres de los civiles, pero este pretexto fue abusado por la OTAN para debilitar al Gobierno de Gadafi con ataques aéreos, una lección de la que los países con derecho al veto en el Consejo de Seguridad, Rusia y China (que se abstuvieron en la votación sobre Libia), tomaron nota.
La guerra en Yugoslavia, "un país que jamás amenazó a ninguna nación extranjera", fue 'un ensayo general' para EEUU y la OTAN a la hora de practicar sus cambios de régimen, escribe Garrie.
La práctica se puso 'de moda' en Washington tras los ataques del 9/11 en 2001, pero fue el 24 de marzo de 1999 la fecha del nacimiento de este tipo de guerra moderna de cambio de régimen, y "desde entonces, EEUU nunca miró atrás", concluyó el autor.
Infografía de Sputnik: Las intervenciones de EEUU en la política mundial