En un artículo publicado por The News Doctor, Parry pone de relieve que es esta actitud la que arrastra a la sociedad norteamericana hacia conflictos destructivos y totalmente innecesarios.
Las autoridades de EEUU se pronuncian a favor de un reglamentado orden mundial cuando les conviene. Sin embargo, también violan el derecho internacional cuando deciden que la necesidad de una 'intervención humanitaria' está por encima de la Carta de las Naciones Unidas, escribe el autor.
Para eso centran sus esfuerzos en demonizar a sus rivales. Así fue como la administración de George W. Bush y los grandes medios justificaron la intervención en Irak, centrándose en las violaciones de derechos humanos de Sadam Husein para desviar la atención sobre la ilegalidad de la propia injerencia.
De la misma manera actuaron durante la intervención en Libia contra Muamar Gadafi, ya en tiempos de la administración de Barack Obama, recordó el periodista.
"Estos mismos medios, sin embargo, hacen la vista gorda cuando se trata de las violaciones que ocasionan los aliados de EEUU, como Israel o Arabia Saudí", destaca Robert Parry.
Además, los medios tienen un enfoque muy selectivo cuando se trata de terrorismo. Promueven y califican de 'moderados' a numerosos grupos islamistas que combaten al régimen laico de Siria, mientras que el propio líder sirio es culpado de todas las atrocidades de la guerra que experimenta el país árabe. De esta manera, intentan crear una opinión que justifique el envío de armas a los 'rebeldes', olvidando que estos suelen ser extremistas de grupos prohibidos en los propios EEUU.
Los medios de comunicación norteamericanos habían fallado a sus lectores una vez más, al mostrar de manera unilateral la crisis política que vivió Ucrania en 2013-2014. Los líderes opositores que llegaron al poder violando el orden constitucional eran descritos como prodemocráticos, mientras que el presidente electo, Viktor Yanukovich, una vez más era demonizado, destaca Parry.
Las principales agencias de noticias estadounidenses aplaudieron el golpe y no vieron nada malo cuando el nuevo régimen, respaldado por EEUU, anunció una 'operación antiterrorista' contra los ciudadanos que no estuvieron de acuerdo con el cambio en el poder. Como tampoco hablaron de cuando las tropas de asalto neonazis quemaron vivos a activistas prorrusos en Odesa el 2 de mayo de 2014.
"Los medios de comunicación de Estados Unidos consideran indiscutible el derecho de su Gobierno a interferir en asuntos internos de otros países, pero caen en fuertes críticas sobre los que intenten resistir las ordenes de Washington, o se comporten de la misma manera", extrae como conclusión Robert Parry.
Cuando Rusia intervino para impedir que el conflicto armado en Ucrania se extendiera hacia la península de Crimea y dejar que sus ciudadanos eligieran su propio futuro, los medios de comunicación estadounidenses la acusaron de violar el derecho internacional. En este caso, ni el derecho a la autodeterminación de los pueblos, claramente manifestado por el 96% de la población de Crimea, puede ser justificación para violar la soberanía de Ucrania, según ellos.
La iniciativa del presidente ruso, Vladímir Putin, de proteger a los rusos étnicos de los ultranacionalistas ucranianos fue catalogada de 'agresión' hacia Kiev, lo que desencadenó toda una serie de medidas restrictivas hacia Moscú por parte de Washington y sus más cercanos aliados.
El intento de Ucrania de sofocar la protesta y volver a controlar los territorios y la población perdida ya se ha convertido en uno de los peores derramamientos de sangre después de la Segunda Guerra Mundial. Pero esto no impide a EEUU seguir apoyando a uno de los bandos.
Como un ejemplo de esa hipocresía, Parry revela las publicaciones del columnista de The New York Times Nicholas Kristof, quien llamó a establecer una zona de exclusión aérea sobre Siria para que el Gobierno no pudiera usar la aviación contra los extremistas.
"Después de todo, ¿cuánto tiempo cree usted que Kristof duraría como columnista bien pagado si defendiera una 'zona de exclusión aérea' en Israel o una intervención militar contra Arabia Saudí?", ironiza Parry.