1. El colapso económico de 1998
En 1998 la economía rusa tocó fondo con el desplome del rublo. Millones de ciudadanos se empobrecieron en un día mientras un pequeño grupo de la élite se enriqueció. A raíz de esta crisis surgió también la mafia rusa.
Según Jarlner, "muchos rusos se sintieron decepcionados por el modelo social occidental, que el presidente Vladímir Putin posteriormente revocó".
2. La guerra de Kosovo de 1999
"Desde el punto de vista de Rusia, Occidente dio un codazo a Rusia —que estaba considerablemente debilitada en la época— cuando la OTAN intervino militarmente en los Balcanes en 1999 y empezó a bombardear a los serbios —apoyados por Rusia— para 'prevenir el genocidio' en Kosovo", ha afirmado Jarlner.
Posteriormente, continúa el autor del artículo, la OTAN 'separó' la región de Kosovo del resto de Serbia y de esta manera cambió ella misma las fronteras en Europa. Sin embargo, hoy en día, "Occidente acusa a Rusia de hacer lo mismo con Crimea", ha subrayado.
3. La ampliación de la OTAN en 2004
Sin embargo, la OTAN reconoce que sí hubo muchas negociaciones pero que no firmó ningún documento en el que este punto fuera mencionado.
Para completar al autor, cabe destacar que desde el año 1990, la Alianza vivió tres etapas de expansión en Europa —en 1999, 2004 y 2009—, e incorporó a 12 naciones del Sur y del Este de Europa. Recientemente, la OTAN firmó un acuerdo de membresía con Montenegro.
4. La intervención en Libia en 2011
Desde el punto de vista ruso, EEUU y sus aliados repetidamente se inmiscuyeron en los asuntos de otros países a fin de cambiar los gobiernos legítimos. Con su operación militar en Siria, Moscú demostró que "no estaba dispuesta a ceder Oriente Medio a Occidente", ha agregado el autor.
5. La batalla por Ucrania
Moscú se siente engañado por Occidente "al echar los manifestantes al presidente pro-ruso" en 2014. Según la percepción rusa, las garantías de los mediadores occidentales "habrían permitido a Yanukovich permanecer en el poder hasta las siguientes elecciones previstas para el fin del año".
El ministro de defensa ruso, Serguéi Shoigú, y el canciller ruso, Serguéi Lavrov, las caracterizaron llamándolas "revoluciones de colores", y las definieron como una nueva táctica de guerra empleada por Occidente.
En 2014, el mismo presidente Vladímir Putin tachó este tipo de manifestaciones de "una advertencia para Rusia" y llamó a "hacer todo lo posible para evitar este escenario en Rusia", ha conlcuido el autor.