"Quiero aprovechar esta ocasión paran invitar al ELN a darle hoy la mejor noticia a los colombianos con su renuncia pública al secuestro" por considerarlo inaceptable a nivel humanitario, ético, político y jurídico, dijo el jefe de la delegación gubernamental, Juan Camilo Restrepo, durante el acto inaugural de las negociaciones en Quito.
En ese sentido, el representante del Gobierno colombiano solicitó al grupo subversivo trabajar para erradicar la violencia y así "propiciar el tránsito del ELN a la política legal".
Según Restrepo, el proceso de paz con el ELN, cuya primera ronda comenzará este miércoles, es independiente de otros, pero se aprovechará aportes del Acuerdo de La Habana negociado con la principal guerrilla colombiana, las FARC, entre noviembre de 2012 y septiembre de 2016 para incorporarlos de acuerdo con las conveniencias.
Durante su intervención, recordó que la primera ronda de negociaciones abordará de manera simultánea el enfriamiento del conflicto, a fin de poder alcanzar un cese del fuego bilateral, y la participación social en la construcción de la paz.
Por su parte el representante del ELN, alias Pablo Beltrán, manifestó la voluntad de su grupo de "cambiar” con la intención de "trazar unos nobles propósitos nacionales de largo plazo”, pero explicó que para lograrlos “se necesita sumar las fuerzas de las mayorías que quieren la paz”.
El ELN está dispuesto "a asumir responsabilidad por los hechos de violencia durante el conflicto armado y esperamos de la otra parte lo mismo", dijo el guerrillero.
Por ello subrayó que los diálogos comienzan con la voluntad que "tengamos cada parte para cambiar" y recordó que asisten a estas conversaciones "con la convicción de que debemos cambiar lo que debamos cambiar, con tal que se abran las puertas a una democratización del país".
Se refirió también a la necesidad de que pare la “persecución abierta y encubierta contra la protesta social y contra cualquiera que cuestione el modelo" por lo que propuso "una progresión de acuerdos sucesivos, proyectados a materializar un cese del fuego".
"No venimos a pedir una revolución por decreto, pero sí unos cambios urgentes que abran camino a una Colombia en paz, democrática y soberana”, para la cual "debe haber redistribución de riqueza y de poder", sentenció Beltrán.
"Creo que hemos sido consecuentes con este compromiso ético político histórico", dijo Long e insistió en que las partes "cuentan con nuestro apoyo para lograr la paz".
Más temprano, organizaciones sociales manifestaron su apoyo al proceso, aunque solicitaron una participación más directa, así lo expresó Marylén Serna, vocera vocera de la Mesa Social para la Paz, para quien el interés es que "no solo se recojan propuestas, sino que se generan espacios amplios, participativos y democráticos donde la gente sienta que aporta".
La participación del ELN en un diálogo con el Gobierno es reclamado por varios sectores que consideran que solo se puede pacificar Colombia cuando se logre un armisticio con ese grupo rebelde, el segundo después de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).