“Hay unos 3.500 niños atrapados en el campo, y los enfermos y los ancianos carecen de cuidados médicos”, ha explicado Sami Mshasha, portavoz de la UNRWA, en una rueda de prensa en la ciudad de Ramala (Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde 1967).
Mshasha ha dicho que alrededor del 90% de los 180.000 palestinos que vivían en Yarmuk han huido del campo, donde continúan los enfrentamientos entre el Estado Islámico (EI) y facciones palestinas, encabezadas por el grupo Aknaf Beit al-Maqdis, y que colaboran desde hace tres semanas con el Ejército sirio para echar a los yihadistas.
Las fuerzas gubernamentales sirias bombardean de forma rutinaria el campo con barriles bomba, que causan una gran destrucción y son muy mortíferos.
“La situación en el campo de Yarmuk es indescriptiblemente trágica”, ha indicado Mshasha. “La UNRWA ha urgido reiteradamente al régimen sirio a dejar de atacar el campo de forma indiscriminada con bombas de barril altamente destructivas que provocan víctimas civiles, así como destrucción masiva”, ha afirmado el portavoz.
Militantes del EI, que controla ya una buena parte de Siria e Irak, entraron en Yarmuk el mes pasado y se hicieron con el 90% de su territorio, aunque luego perdieron una parte.
Muchas organizaciones humanitarias internacionales han indicado que no pueden hacer llegar ayuda a las 18.000 personas que aún habitan en el campo a causa de los combates.
Las fuerzas del presidente sirio, Bashar Asad, asediaron Yarmuk a mediados del 2013 y 166 palestinos murieron de hambre. Miles de palestinos residentes en Siria se han refugiado en los vecinos Líbano y Jordania y algunos, en la franja de Gaza.