El 6 de septiembre, la capital de Moldavia fue escenario de protestas con participación entre 30.000 y 100.000 personas, según varias fuentes. Manifestantes, decepcionados por la situación económica del país, exigieron la dimisión del presidente y celebración de elecciones parlamentarias anticipadas en marzo de 2016. Actualmente numerosos activistas siguen protestando junto a la sede del Gobierno moldavo y planean quedarse allí hasta que se cumplan sus exigencias.