La inesperada salida del presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, provocó un sismo en la política latinoamericana.
Kuczynski renunció al cargo en la tarde del 21 de marzo y se dirigió a la ciudadanía a través de un mensaje grabado, en el que compareció junto a su Gabinete. Varios vídeos que lo vinculaban con asuntos de corrupción irrumpieron en la opinión pública y resultaron ser el detonante de su dimisión.
Sin embargo, Kuczynski consideró que su renuncia era "lo mejor para el país" y afirmó no querer ser "un escollo para que la nación encuentre la senda de la armonía y unidad que tanto necesita".