Unilateralismo 'made in USA': la imagen de EEUU como defensor de la democracia ya no existe
03:45 GMT 01.11.2024 (actualizado: 09:32 GMT 01.11.2024)
© Foto : Pexels / Brett Sayles
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Estados Unidos construyó su hegemonía por medio de la fuerza, pero avalado por las instituciones globales como la ONU. Además, la invasión de Irak marcó el inicio de una nueva fase, en la que comenzaron a ignorar la opinión de la comunidad internacional, arruinando su propia imagen de "defensores de la democracia", dijeron analistas a Sputnik.
La violencia que marca el proceso electoral de Estados Unidos refleja la propia historia del país, permeada por conflictos directos e indirectos. Prueba de eso es que casi todos los expresidentes estadounidenses tuvieron una guerra propia.
En entrevista con Sputnik, analistas explican cómo el patrocinio de guerras y el discurso bélico sirvieron como las fuerzas que impulsaron la proyección de la hegemonía estadounidense y por qué dicha táctica se ha ido derrumbando, sobre todo con el ascenso del sur global.
El profesor de relaciones internacionales de la Universidad Federal de Santa María (UFSM), José Renato Ferraz da Silveira, explicó que la historia de Estados Unidos del siglo XX está ligada al término "complejo industrial-militar", utilizado por el presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower (1953-1961) para describir el intrincado proceso por el que el país norteamericano producía cada vez más armas y tecnologías de guerra.
De acuerdo con él, dicho complejo fue reforzado durante la Guerra Fría y aún en la actualidad influye fuertemente en la política exterior de Estados Unidos y se utiliza como factor de expansión del poder estadounidense en el mundo, lo mismo en gobiernos demócratas que republicanos.
"En el mundo posguerra fría y, principalmente, en la guerra contra el terrorismo, con el deseo y la expectativa de consolidarse como una superpotencia solitaria, Estados Unidos utiliza la lógica del espejo en el que se ve como el 'Bien', con valores y principios morales singulares, y sus enemigos como la personificación del 'Mal'. Por lo tanto, la lógica de la guerra y del enemigo externo son vectores indispensables que sustentan, a largo plazo, el posicionamiento activo de Estados Unidos en el plano global", afirmó Ferraz da Silveria.
En ese contexto, destacó el papel de la Administración de George W. Bush, que "reforzó el unilateralismo norteamericano en acciones militares", consolidando su "hegemonía global y su papel de superpotencia solitaria".
"Estados Unidos utilizó los atentados del 11 de septiembre como justificación de una 'cruzada mundial contra el terrorismo' en defensa de la 'paz mundial' y de su seguridad interna", observó.
Silveira explicó que Washington comenzó a clasificar como "Eje del Mal" a los países que acusaba de albergar o patrocinar el terrorismo o que desafiaban al poder estadounidense.
"La expresión 'Eje del Mal' es una referencia histórica doble: 'eje' recuerda al eje Berlín-Roma en la Segunda Guerra Mundial. Y 'mal' retoma el término imperio del mal, como el gobierno de [Ronald] Reagan se refería a la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Un eje del mal mantiene latente la amenaza exterior y justifica la necesidad de mantener un presupuesto importante, del gobierno de Bush, en la defensa", analizó el experto.
Bush marcó el proceso de deslegitimación de las instituciones globales
El investigador y doctorante en relaciones internacionales en la Pontifica Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio), Pedro Allemand Mancebo Silva, afirmó que toda hegemonía es una mezcla de coerción y consenso y todo actor hegemónico instituye mecanismos de construcción de consensos para legitimar sus intereses frente al mundo. Según él, hasta la invasión de Irak, en 2023, la hegemonía estadounidense todavía apreciaba mucho la preservación de estas estructuras, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y otras organizaciones internacionales, "que le permitían a Estados Unidos ejercer el uso de la fuerza, pero avalado por la comunidad internacional".
"En 2023, la invasión de Irak fue lanzada sin ese apoyo, y en violación directa de resoluciones del Consejo de Seguridad. Eso inauguró una nueva etapa de la hegemonía de Estados Unidos, en la que el uso de la fuerza, el inicio de nuevas guerras, comenzó a hacerse de forma discrecional, basado en la voluntad estadounidense, y poco importa la opinión de la comunidad internacional, las resoluciones de la ONU o del Consejo de Seguridad. A lo mucho, la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] dirá algo", ponderó el investigador.
15 de diciembre 2023, 18:11 GMT
De esa manera, añadió Allemand, "Estados Unidos fija un precedente para violar las resoluciones y determinaciones de estos órganos de gobernanza global".
"Basta con ver cómo los aliados inferiores, pero agresivos, como Israel, utilizan la misma estrategia y llegan a desacreditar a la ONU y atacar a sus funcionarios", puntualizó.
Afirmó que para entender la construcción de la imagen de Estados Unidos como defensores de la democracia es importante entender la idea de "guerra sucia", en la que las consecuencias son toleradas porque los motivos son considerados justos, ya sea "la expansión del orden mundial basado en reglas, la defensa de los intereses nacionales o la defensa de un aliado".
Sin embargo, "Estados Unidos se preocupa cada vez menos por la justificación en los términos de la defensa de la democracia y utiliza cada vez más el interés nacional como justificación".
"Nuevamente, si miramos a Israel, Estados Unidos justifica y apoya el genocidio del pueblo palestino con base en el derecho de Israel a defenderse y en la necesidad de apoyar a un aliado que está 'amenazado'", observó.
Allemand afirma que el éxito de Bush "al derrotar a Sadam Huseín —y destruir a Irak en el proceso— tuvo un costo muy alto, que todavía seguimos pagando, en términos de desestabilizar la geopolítica de Oriente Medio, así como para la imagen y legitimidad de los organismos internacionales de construcción de consenso".
"Hoy, la sensación de que la ONU 'no sirve para nada' solo crece frente a la incapacidad de la organización de mediar en soluciones pacíficas de las controversias y de la ausencia de voluntad de algunos actores de comprometerse con este tipo de solución", ponderó.
¿El ascenso del sur global pone en jaque la hegemonía de EEUU?
Silveira apuntó que a lo largo de su historia, Estados Unidos se consideró singular, con valores y principios morales únicos y, después de la Segunda Guerra Mundial, "asumió el papel de artífice del orden internacional, con un comportamiento semejante a las Cruzadas y mesiánico que defendería la democracia y los derechos humanos en todo el mundo, "incluso si fuera necesario bombardear países —y matar inocentes— para llevar democracia y derechos humanos".
"Es una terrible paradoja que muestra la ambivalencia del discurso oficial estadounidense", señaló Silveira.
Además, afirmó que, en la actualidad, la imagen estadounidense está siendo cuestionada por el desafío del sur global al dominio económico y político de Estados Unidos y sus aliados en Occidente.
"El sur global busca distanciarse de Occidente, trazar su propio desarrollo, ensayar políticas autónomas y dejar de ser dominado por una fuerza occidental liderada por Washington", dijo.
Por su parte, Allemand consideró que la imagen de Estados Unidos como defensores de la democracia "ya fue", independientemente del ascenso del sur global.
"No creo que el ascenso del sur global tenga un papel en eso, sino los desafíos planearos por el ascenso de China y la reanudación de las iniciativas estratégicas de Rusia. Por no hablar de la propia actuación de Estados Unidos, que ha atacado sistemáticamente instituciones y regímenes importantes para la consolidación del orden mundial posguerra fría", concluyó.
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