Antecedentes: un rosario de 'piropos'
"Pobre México, tan lejos de Dios, y tan cerca de EEUU". Estas palabras, atribuidas al expresidente Porfirio Díaz, pueden asaltar sin previo aviso a muchos mexicanos. Y más, cuando han tenido que escuchar frases salidas de la boca del actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.
"México no es nuestro amigo. […] Cuando México nos manda gente, no nos mandan a los mejores. Nos mandan gente con un montón de problemas, que nos traen drogas, crimen y son violadores".
"No quiero nada con México, más que construir un muro impenetrable y que dejen de estafar a EEUU. […] México no se aprovechará más de nosotros, no tendrán más la frontera abierta. El constructor más grande del mundo soy yo, les voy a construir el muro más grande que jamás hayan visto. Adivinen quién lo va a pagar: México".
Y la más cercana en el tiempo, a menos de un mes de la visita de López Obrador: "He construido el muro y ayudó al 100 %, detuvo la COVID".
Tampoco se quedó atrás el actual mandatario mexicano. En su momento, AMLO lanzó contraataques a la verborrea de Trump.
"Es una canallada de Trump y sus seguidores que se expresen de los mexicanos como Adolf Hitler y los nazis se referían a los judíos justo antes de emprender su infame persecución y exterminio".
Ya en plena campaña presidencial, disparó: "Van a tener que aprender a respetar a los mexicanos. A mí no me va a 'apantallar' Donald Trump, yo no soy Peña, díganles a sus familiares y amigos en EEUU que vamos a ofrecer condiciones para quien quiera permanecer allá".
Donde dije digo, digo Diego
Pero una cosa es decirse las cosas a distancia, y otra, cara a cara. Llegado el momento, y con el nuevo tratado de libre comercio [T-MEC] —que los dos países integran junto a Canadá— como telón de fondo de este encuentro, ambos jefes de Estado se tiraron con flores, y tal vez AMLO el que más: "Usted no ha pretendido tratarnos como colonia, por el contrario ha honrado nuestra condición de nación independiente", pronunció.
Pero, ¿cómo se pasa de una cosa a la otra? El columnista de Sputnik Víctor Flores García encuentra la pista del tono conciliador, previo a la cena que el anfitrión brindó a los empresarios de ambos países. Allí, López Obrador dijo que quienes esperaban una pelea, iban a estar sorprendidos.
"Aquí lo que podría explicar esta súbita amistad entrañable que manifestaron los dos, es un pragmatismo de ambos lados. Ambos se utilizan", subraya Flores García.
Añade que "del otro lado, Trump está claramente ante el desafío de su reelección y necesita urgentemente del electorado hispano, y para eso, y también por primera vez, ha dicho cosas que jamás habría dicho. Una de las cosas que a mi me sorprendió, también previo a la cena, fue los elogios que él hizo de la población migrante", apunta Flores García.