García, nació en Lima en 1949, se formó como abogado e ingresó a la política muy joven en filas de la entonces Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), fundada por el político Víctor Raúl Haya de la Torre que aspiraba a crear un movimiento antiimperialista latinoamericano.
Con 28 años, García fue miembro de la Asamblea Constituyente que redactó la nueva Constitución promulgada en 1979, y diputado entre 1980 y 1985.
En ese período se destacó por su oratoria brillante y, tras la muerte de Haya de la Torre, se convirtió en secretario general del Partido Aprista y luego en candidato presidencial.
Ganó en primera vuelta, cuando tenía apenas 35 años.
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Su primera presidencia estuvo marcada por una política económica estatista y por imponer dos tipos de cambio y limitar el pago de la deuda externa a un porcentaje de los ingresos por exportaciones.
El ciclo democrático de García fue sucedido por el régimen de Alberto Fujimori (1990-2000) que incluyó un autogolpe de Estado.
García asumió entonces como senador vitalicio, pero acusaciones de corrupción condujeron a que se le realizara un juicio político y se le suspendiera momentáneamente la inmunidad.
Sin embargo, la investigación concluyó por falta de pruebas y García recuperó sus fueros.
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En 1992, cuando Fujimori disolvió el parlamento, intervino el Poder Judicial e ilegalizó a los partidos políticos, García pidió y obtuvo asilo en Colombia.
El expresidente se mudó más tarde a París, donde residió hasta 2001, cuando la Corte Suprema de Justicia declaró prescriptos los delitos de los que se lo había acusado.
Ese año se postuló a la presidencia por el Partido Aprista, pero fue derrotado y lo volvió a intentar en 2006, cuando resultó elegido presidente por segunda vez.
Su segundo Gobierno marcó un giro político notable, porque implementó medidas a favor del libre mercado, con una economía en crecimiento y bajo control.
Al finalizar su Gobierno, continuó en la vida política como líder del Partido Aprista.
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En 2013 el Congreso instaló una gran comisión para investigar presuntos actos de corrupción durante su segundo mandato.
Pero en 2016 explotó el escándalo de los sobornos de la empresa constructora brasileña Odebrecht y la fiscalía abrió indagaciones sobre los gobiernos de García, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y sobre el entonces mandatario Pedro Pablo Kuczynski, que había sido ministro de Economía de Toledo.
En octubre de 2018, cuando se acumulaban testimonios en su contra, García pidió a asilo a Uruguay, alegando una persecución política y refugiándose en la embajada uruguaya en Lima.
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El Gobierno uruguayo decide negar el pedido de asilo, al descartar que el Poder Judicial estuviera ejerciendo una persecución política contra el exmandatario.
El equipo fiscal del llamado caso Lava Jato en Perú acusó al expresidente de lavado de dinero por recibir sobornos de Odebrecht bajo la apariencia del pago de unas conferencias que dictó en Brasil, por 1,5 millones de dólares.
García fue acusado asimismo de obtener dádivas de la empresa brasileña por la concesión de la Línea 1 del Metro de Lima, ejecutada durante su segundo mandato.
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Este 17 de abril, tras conocer que se había expedido una orden de prisión preventiva en su contra, el exmandatario se suicidó en momentos en que la policía procedía a allanar su domicilio.