¿Cómo se explica el ascenso de Bolsonaro, una figura marginal hasta hace pocos años en el sistema político de Brasil? Según explicó a Sputnik Clayton Mendonça Cunha Filho, profesor de la Universidad Federal de Ceará, se trata de un tema complejo, con muchas aristas.
1. Bolsonaro, un supuesto 'outsider'
El excapitán del Ejército tiene "un voto de extrema derecha consolidado", un núcleo duro que lo elige por su discurso conservador o su postura afín a la intervención de las Fuerzas Armadas en los asuntos civiles del Estado.
En medio de los escándalos de corrupción que han desacreditado a buena parte del sistema político brasileño, muchos votantes han justificado su opción en la necesidad de que "alguien de afuera" entre en escena.
"Hay mucha gente que ha votado por Bolsonaro porque lo identifica como alguien completamente 'anti-establishment', nuevo, distinto, que no es un político tradicional. Pero es más bien un político tradicional, aunque mucha gente no lo asocia como tal", aseveró el académico.
2. El apoyo explícito de los evangélicos
El discurso "antigay, antiaborto, antidrogas y de mano dura contra el crimen" del militar retirado es música para los oídos de estos sectores, que vieron reflejadas sus posturas en las palabras de Bolsonaro.
"El voto moral fue algo que tuvo un peso muy decisivo, especialmente para empezar el fenómeno Bolsonaro y después consolidarlo", explicó Mendonça.
"Al tener militancia en los temas morales, las iglesias evangélicas se han girado a su lado y es posible que eso haya podido tener un peso en el incremento tan grande de su caudal electoral en los últimos días", agregó.
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También Edir Macedo, obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) y propietario de varios medios, se manifestó a favor del militar retirado en sus redes sociales. Lo hizo incluso cuando el Partido Republicano Brasileño (PRB), la fuerza política vinculada a su iglesia, se haya posicionado a favor del exgobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin.
Macedo es dueño de la Rede Record, el canal que transmitió una entrevista con el candidato al mismo tiempo que la Rede Globo ponía en el aire el último debate televisado entre todos los candidatos.
3. El apoyo tácito del sector empresarial
Con la publicación de las encuestas que le daban ventaja, los índices bursátiles y la cotización del real mejoraban. Y tras los resultados del 7 de octubre, la Bolsa de Sao Paulo —la mayor de América Latina— abrió con una sorprendente alza. La moneda brasileña, en tanto, se apreció y revirtió una tendencia a la baja.
Con datos así, se puede interpretar un apoyo de los grandes sectores económicos a la posibilidad de que Bolsonaro llegue al Palacio de Planalto.
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Clayton Mendonça Cunha Filho recordó que este apego del presidenciable a "la agenda económica ultraliberal" es "una novedad completa". Según dijo, si se analiza el accionar del hasta ahora diputado, "votaba de modo corporativo".
"Ahora, cuando se ha lanzado a la presidencia, se ha girado más decisivamente a una agenda liberal de privatizaciones y otras medidas en esa línea, como una estrategia para capturar el apoyo de la derecha empresarial y de las élites económicas. En esos términos, ha logrado tener el apoyo del alto empresariado nacional", expresó el académico.
4. La retórica "hegemonista" del Partido de los Trabajadores (PT)
"Uno de los problemas es que el PT [fuerza al mando del país desde 2003 a 2016] tenía una visión muy hegemonista, por la cual todo el resto de la izquierda, al ser partidos menores, debían seguir su estrategia", explicó el politólogo.
Esta visión del rol del PT dentro de la izquierda llevó a que sus militantes criticaran la estrategia de "voto útil" a favor de Ciro Gomes, candidato del Partido Democrático Laborista, tercero en las urnas.
"Ahora vamos a la segunda vuelta con Fernando Haddad, pero por el volumen que ha alcanzado el antipetismo en la sociedad brasileña ha llevado a que mucha gente prefiera votar a Bolsonaro que votar al PT. Entonces estamos en una situación muy complicada, que lo sería menos si el candidato fuera Ciro Gomes".
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El PT sostuvo hasta el último momento su candidatura, pero cuando la Justicia Electoral lo inhabilitó, el liderazgo partidario cayó sobre Fernando Haddad. La estrategia de mantener la candidatura de Lula aún cuando las probabilidades de que fuera rechazada fueran altas "era una forma de resistencia institucional" ante la sucesión de hechos que llevaron a la destitución de Dilma Rousseff en agosto de 2016.
Michel Temer, en la presidencia desde ese entonces, tiene altísimos índices de impopularidad. Según Mendonça Cunha, con la estrategia de la posible candidatura de Lula el PT calculó que "iba a ganar muy fácilmente".
5. La grieta entre la izquierda y la derecha
Por ejemplo, en el primer mandato de Dilma Rousseff (2011-2015), se llevó adelante una agenda económica marcada a "propuesta de la Federación Industrial de Sao Paulo, los mismos que después apoyaron el golpe en su contra".
"Sin embargo, la retórica del Gobierno del PT en todos esos tiempos era que estaba habiendo una gran revolución de los pobres contra las élites", indicó el académico.
"Así se alimentó un antagonismo muy grande entre izquierda y derecha en Brasil, sin anclaje en la realidad concreta de lo que estaba pasando en el país ni con las políticas o reformas que se estaban adoptando o implementando", agregó.
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En campaña, las comparaciones que vaticinaban un colapso de la economía brasileña si Haddad llegase al mando del país estuvieron a la orden del día. No obstante, dado el historial del PT en el Gobierno, es improbable que se distanciara de las medidas económicas que se llevaron adelante en los anteriores mandatos.
"Hay gente que se ha creído ese desfase entre lo que ha sido en el campo y lo que se pregonaba en la retórica. Ha propiciado una esquizofrenia social en la que la gente realmente se cree que estamos ante una gran amenaza de izquierda, cuando estamos llegando a una de derecha".