Es probable que las elecciones de 2018 sean recordadas en la historia de Brasil como una de las las más particulares, en especial tras los escándalos de corrupción revelados por la Operación Lava Jato, y los testimonios de empresarios y políticos arrepentidos, que admitieron la existencia de una trama sistemática de pago de sobornos que salpicaron a las más altas esferas de poder.
Quien le sigue, el ultraconservador Jair Bolsonaro, célebre por sus dichos contra mujeres, afrodescendientes y otras minorías fue acuchillado durante un acto y pasó buena parte de la campaña en cuidados intensivos. Tras el retiro de Lula de la lista de presidenciables, el candidato del Partido Social Liberal pasó a encabezar las preferencias, a pesar de que la brecha con los otros candidatos se ha reducido.
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La región con más votos (63,9 millones) es el Sureste, donde se ubican las tres principales áreas metropolitanas del país: Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte. En esta parte de Brasil se ubica buena parte de la industria y presenta un elevado índice de desarrollo humano.
De acuerdo con una encuesta de Ibope publicada el lunes 1 de octubre por el diario O Globo, en el Sureste, Bolsonaro se ubica en primer lugar y creció de 29% a 35% (con respecto a la anterior medición). Por otra parte, Fernando Haddad cayó del 16% al 13%.
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Aquí la agricultura o las actividades extractivas como la minería son el pilar de la economía, si bien existe un cierto desarrollo de la industria. El índice de desarrollo humano de la región es medio, pero dentro de Brasil es el más bajo de las cinco.
Esta es la única región donde Haddad se ubica primero en las encuestas. Según la investigación de Ibope, llegó a 35%, mientras que Bolsonaro le sigue con 21%. El militar logró sobrepasar a Ciro Gomes, del progresista Partido Democrático Laborista (PDT), que bajó de 17% a 15%.
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Actualmente, es la región con mayor índice de desarrollo humano en todo Brasil. Aquí, Bolsonaro capta el 39% de las preferencias. Haddad le sigue muy por debajo, con 13 puntos (dos menos que en la última edición de la misma encuesta).
El Norte y el Centro-Oeste aglutinan 22 millones de votos y en las encuestas suelen presentarse en conjunto, pero por separado tienen 11,5 y 10,7 millones cada una, a pesar de sus diferencias socioeconómicas: la primera tiene un índice de desarrollo humano medio, mientras que en el Centro-Oeste es elevado.
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En las zonas de frontera (particularmente en las zonas limítrofes de la Amazonía, donde el narcotráfico es un problema) y en los sitios donde se concentran el latifundio y el agronegocio, Bolsonaro tiene una holgada ventaja. Según un artículo del diario Gazeta do Povo, de Curitiba, esto se podría explicar por el discurso sobre seguridad del candidato, así como su mayor llegada a los terratenientes.
