Macron ya no engaña ni en Europa
De tanto lanzar noticias falsas, las palabras de Macron, en su comparecencia ante el hemiciclo europeo, sólo pudieron ganar la indiferencia y la incredulidad. Ese fue su 'premio' y el reconocimiento que recibió de los parlamentarios europeos a cambio de haber lanzado tantos engaños en tan pocos días.
'Ni es abstracto ni está caduco' dijo sobre el proyecto europeo el mandatario galo. Habló loas sobre lo que él considera "un modelo democrático único en el mundo" al que hay que defender de múltiples amenazas, al llamar a refundar la Unión Europea para lo cual lanzó varias ideas.
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El problema es que no dijo cómo hacerlo: no presentó ninguna hoja de ruta, más que palabras. Eso sí, fueron muy bonitas, como cuando todavía era un candidato a la presidencia, o como cuando asumió el mando. Así, a falta de ratificar que el proyecto europeo no es abstracto, al entender de Europa, sí lo es su pregón.
En opinión del economista José Luis Carretero Miramar, "lo que encontramos es una situación en la que la Unión Europea (UE) se debate en una auténtica crisis de identidad en la que se está buscando hacia dónde avanzar, porque después del Brexit y de las tensiones enormes que se viven en distintos frentes en el bloque, tanto en relación con los países del Este, el llamado Grupo de Visegrado, como en relación con ese conflicto larvado entre el norte y el sur, respecto al tema de la austeridad puesta en marcha por los países del norte, lo cierto es que el camino a transitar a partir de ahora por la UE, es un camino en el que encontramos toda una serie de incógnitas".
Sus palabras se pueden leer en un contexto en que las fuerzas euroescépticas no decaen en el seno del bloque, y para atestiguarlo allí están las recientes victorias de esta corriente en Hungría e Italia, y en un momento en que Bruselas mantiene un pulso con el Gobierno nacionalista conservador de Polonia por la situación de su Estado de derecho.
Carretero Miramar pone las cosas en su sitio en este sentido.
"Lo que sucede es que todos estos países del Este, como la mayor parte de los países del sur (de Europa) entraron en la UE a cambio de una promesa que se expresó en discursos concretos. El discurso era que iban a armonizar a los países europeos en términos civiles, de modernización de la economía y de la sociedad, y se iban a integrar en un conjunto en el que el bienestar que se vivía en el norte, iba a ser ampliado tanto al Este como al sur".
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En cambio "lo que se ha visto es que esta Europa existente no está generando ese proceso de convergencia social y de las libertades, Y eso, en el marco de una crisis global que ha sido tremendamente dura, tanto para los países del Este como para los países del sur, y en la que los financieros del norte, tras salvaguardar sus balances enormemente dañados, han puesto en marcha toda una serie de medidas de austeridad tremendas y han obligado a los países, tanto del sur como del Este, a llevar a cabo este tipo de política económica 'austeritaria', entonces surgió un repliegue en esas poblaciones muy castigadas por la emergencia de una nueva miseria", concluye José Luis Carretero Miramar.