Desencadenamiento de una 'guerra comercial'
Trump consideró que el Congreso violó sus competencias constitucionales — relacionadas con el ámbito de la política internacional del país — y prometió solo seguir aquello que no contradiga los intereses de las empresas estadounidenses y sus aliados europeos. Pero el mercado del gas afecta a los intereses de ambas partes.
Es por ello que el primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, empezó a hablar de una guerra comercial de Washington contra Moscú. Primero, indicó que el movimiento de EEUU busca poner "fin a la esperanza de mejorar las relaciones con la nueva Administración norteamericana".
"En segundo lugar, se ha declarado una guerra comercial total contra Rusia", afirmó.
En cuanto al gasoducto Nord Stream 2, este proyecto puede hacerse realidad, opinó el especialista de la consultoría NEO Tsentr Alexandr Rakshá, entrevistado por Expert. Rakshá basa su optimismo en que esta iniciativa logró superar con éxito una serie de barreras administrativas en la legislación energética de la UE. El Nord Stream 2 consiguió la aprobación por parte de los países cuyo territorio atravesará la tubería y actualmente las sanciones de EEUU afectan únicamente a la financiación y construcción de la infraestructura del proyecto.
Pero Gazprom esperaba que las inversiones de sus socios europeos no se verían obstaculizadas por este tipo de contratiempos, recoge el análisis de Ana Koroliova para el diario Expert.
Los intereses del lobby petrolero y gasístico de EEUU
Estas restricciones son las primeras que no afectan directamente a Moscú o a sus ciudadanos y empresas, sino que dañan a los socios comerciales de Rusia, tanto en Occidente como en Oriente. Ante todo, sorprende que la normativa prohíba tanto a particulares como a compañías de EEUU el suministro directo o indirecto de maquinaria, tecnología y servicios para impulsar nuevos proyectos de exploración y producción en aguas profundas. También quedan excluidas las inversiones en la plataforma marítima del Ártico o en proyectos de esquisto — cuya participación de empresas rusas está sujeta a sanciones si es superior al 33% —, subraya el análisis de Expert.
De esta manera, Washington no impone medidas restrictivas al proveedor, sino a sus colaboradores, recoge el artículo. Esta medida afectará por lo tanto a los países de la UE por el Nord Stream 2, a Turquía y los países del sur de Europa por el Turkish Stream, a China y algunos países asiáticos y, posiblemente, a la India, en relación con la construcción del gasoducto Fuerza de Siberia.
"En realidad, el hecho de que Trump firmara este documento implica que Washington se reserva el derecho de decidir de dónde debe comprar gas y petróleo todo el mundo", resalta el experto.
Sin embargo, el analista señala que, por desgracia para el lobby estadounidense, Europa no está dispuesta a financiar la creación de toda una flota de suministro de gas proveniente de EEUU, un proyecto mucho más caro que el gasoducto ruso.
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