Las nuevas sanciones antirrusas de Estados Unidos podrían ejercer presión sobre empresas europeas como las alemanas Wintershall y Uniper, la francesa Engie y la austríaca OMV. Todas ellas participan en la construcción del gasoducto Nord Stream 2, que suministraría gas natural a Europa sin pasar por Ucrania.
"Los estadounidenses han ido más allá de la ley internacional. Siguen pronunciando finas palabras sobre la libertad y la protección, pero, de hecho, se preocupan solo por el comercio", recalca el senador.
Pozzo di Borgo ofrece una respuesta de fuerza para Washington, que implica la introducción de contrasanciones.
"Si Europa tuviera valor, podría en primer lugar, prohibir a las empresas europeas comprar el gas estadounidense. Por ejemplo, Engie, socia de Nord Stream, regularmente compra gas a EEUU. "¡Hay que ponerle fin a esto!", enfatiza el senador.
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Desde Berlín ya habían llegado las declaraciones de que el proyecto de ley de Estados Unidos para imponer nuevas sanciones contra Rusia viola el derecho internacional. Así lo afirma Brigitte Zypries, ministra de Economía de Alemania.
También el Ministerio de Exteriores de Francia coincidió en que la nueva ley de sanciones contra Rusia es inaceptable, ya que afecta a los intereses de las empresas europeas.