Las autoridades estadounidenses han acusado al Gobierno sirio de preparar un ataque químico contra la oposición "moderada". Esta declaración fue publicada en la página web del servicio de prensa de la Casa Blanca el martes 27 junio por la mañana. El mensaje afirma que "EEUU examina las posibles preparaciones para un nuevo ataque con armas químicas por parte del régimen de Asad, que podrían conducir a que fallezcan masivamente civiles, incluyendo niños inocentes". Como siempre, Washington evitó nombrar la fuente de esa información.
Los destructores estadounidenses lanzaron un ataque de misiles desde el mar Mediterráneo hasta la base aérea siria de Shairat la noche del 7 de abril. El supuesto bombardeo de la Fuerza Aérea de Siria con municiones químicas a la ciudad de Jan Sheijun sirvió de excusa. Sin embargo, EEUU no presentó ningún tipo de evidencia clara del uso de este tipo de armas por parte de Asad. El periodista estadounidense Seymour Hersh calificó en un artículo para el periódico alemán Die Welt de descabellado el ataque, ya que sus fuentes en la Administración Trump negaron la existencia de estas pruebas.
Sin embargo, no es la primera vez que EEUU y los países de la OTAN desencadenan guerras a gran escala bajo pretextos dudosos.
A menudo las declaraciones de EEUU sobre las armas químicas de Asad se comparan con la famosa intervención del entonces secretario de Estado, Colin Powell, en el Consejo de Seguridad de la ONU en 2003. Este político asustó a la comunidad internacional con el arsenal de sustancias químicas de guerra, que supuestamente disponía Sadam Husein. Para comprobarlo, Powell sacó del bolsillo de su chaqueta un pequeño tubo con polvo blanco. Asimismo, afirmó que esa era una muestra de las armas químicas, robada desde el laboratorio secreto del presidente iraquí gracias a la valiente inteligencia estadounidense.
"Todo el mundo vio al secretario de Estado estadounidense mostrar las 'pruebas' en el Consejo de Seguridad de la ONU de que Irak disponía de armas de destrucción masiva, agitando un tubo con algún detergente", recordó en 2014 el presidente ruso, Vladímir Putin. "Al final, las fuerzas de EEUU invadieron Irak, ahorcaron a Sadam Husein, y luego trascendió que en Irak ni había ni hay ningún tipo de armas de destrucción masiva. Saben bien ustedes que hablar es una cosa y tener pruebas es otra completamente otra".
Despistar
La razón formal para intervenir militarmente en Yugoslavia en 1999, según los líderes de la OTAN, consistía en parar una ola de limpieza étnica llevada en la región, realizada por órdenes del presidente Slobodan Milosevic. El motivo directo para los bombardeos y la ofensiva terrestre fue la llamada 'masacre de Racak', en Kosovo, que ocurrió el 15 de enero de 1999.
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Según la interpretación de los separatistas kosovares, la policía yugoslava llevó a cabo una masacre masiva de la población civil y, de hecho, ejecutó a 45 personas desarmadas. Fue esta misma versión que utilizó el mando de la OTAN y de las mismas conclusiones partieron la Comisión de la UE, que trabajaba en Racak después del incidente. Sin embargo, una investigación paralela que comenzó el 19 de enero, realizada por un grupo de expertos bielorrusos, serbios y finlandeses, llegó a la conclusión muy distinta.
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El general británico John Drevenkiyevich confirmó más tarde que el 15 de enero se produjeron en Racak intensos combates entre los insurgentes albaneses y las unidades serbias. No se trataba de ningún "castigo contra los civiles desarmados". Sin embargo, los funcionarios de la OTAN hicieron la vista gorda a estas inconsistencias y dos meses más tarde bombardearon las ciudades serbias. Muchos afirmaron que Bill Clinton desató esta guerra con el fin de distraer la atención de su vida personal: el inicio de la intervención coincidió con el famoso escándalo con su secretaria Monica Lewinsky.

Parece inverosímil también el pretexto para la invasión estadounidense de Vietnam. Se trata del incidente del golfo de Tonkin que ocurrió en agosto de 1964. El primer episodio, que tuvo lugar el 2 de agosto, consistió en un breve enfrentamiento entre el destructor norteamericano USS Maddox y la flota de mosquitos del Vietnam del Norte en el golfo de Tonkin. Tres torpederos se acercaron a la nave de la Marina de EEUU y comenzaron a maniobrar de manera agresiva. El USS Maddox disparó una salva de advertencia al aire, en respuesta a esto las tripulaciones de los barcos dispararon contra el destructor desde ametralladoras pesadas y lanzaron torpedos hacia él (ningún torpedo alcanzó su objetivo).
Posteriormente, el hecho fue confirmado por el exministro de Defensa de Vietnam, Vo Nguyen Giap, haciendo hincapié en que el USS Maddox entró en aguas territoriales del país. Los líderes de EEUU, sin embargo, optaron por no responder al incidente y lo calificaron como una casualidad.
El presidente Lyndon B. Johnson autorizó al Pentágono llevar a cabo la operación Pierce Arrow. Los bombarderos estadounidenses realizaron el 5 de agosto los primeros golpes contra las bases de datos de la Marina de Guerra de Vietnam del Norte. Dos días más tarde, el Congreso de EEUU aprobó la Resolución del golfo de Tonkin, que sirvió de sostén legal para la intervención de las tropas estadounidenses en Vietnam.
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Prácticamente todos los estudios modernos en una u otra forma reconocen que el ataque del 4 de agosto nunca tuvo lugar. Las indicaciones de los radares de los destructores estadounidenses podrían haber sido causadas por la tormenta. Sin embargo, los funcionarios de EEUU utilizaron este incidente 'fantasma' para iniciar una guerra que duró ocho años y se cobró más de medio millón de vidas.
Un buen pretexto
Hay que mencionar también los numerosos casos de intervención militar de EEUU en los asuntos internos de América del Sur y América Central. La invasión de Granada en 1983, la invasión de Panamá en 1989, el bloqueo de Cuba, la operación Cóndor en el Cono Sur, estos y otros incidentes más de la región siempre fueron llevados a cabo bajo un buen pretexto.
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Se trataba o de la "protección de los ciudadanos estadounidenses" o de "apoyar a las fuerzas democráticas" o de "luchar contra el tráfico de drogas".
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Sin embargo, la intervención casi siempre afectaba al país con gobiernos cercanos a la antigua Unión Soviética.