Según el informe norteamericano, numerosos mensajes en las redes sociales, imágenes tomadas desde un satélite comercial, datos clasificados de inteligencia y la información proporcionada por la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras, son evidencia de la culpabilidad del Gobierno sirio.
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Sin embargo, la principal fuente de los datos de las redes y de Médicos Sin Fronteras es Fatah al-Sham —grupo terrorista proscrito en Rusia y otros países—, que controla la provincia de Idlib y todas las fuentes de información en este territorio.
Entre la posición oficial de las autoridades sirias y el punto de vista de Washington hay al menos una coincidencia: el 4 de abril de 2017 sobre el territorio de la provincia de Idlib, controlada por los terroristas, fue rociado un gas mortal de naturaleza incierta.
Según EEUU, se trata del sarín, el cual oficialmente formó parte del arsenal químico del Ejército sirio hasta 2013. Los contenedores con la sustancia tóxica fueron supuestamente lanzados desde los aviones de combate Su-22 adquiridos en Rusia. Además, Washington proporcionó una imagen de un agujero causado por el impacto de uno de los contenedores.
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EEUU cree en la importancia de las pruebas circunstanciales de la culpa de Asad. Justo después del ataque químico se difundieron por las redes sociales numerosas fotografías de las víctimas trasladadas a los hospitales de Turquía.
De esta manera, el nuevo documento de EEUU afirma que "la oposición no fue capaz de fabricar todos los informes sobre los ataques químicos" debido a que "habría necesitado una campaña bien planificada para inducir a error a los medios y organizaciones de derechos humanos".
Washington también apunta que los expertos en armas químicas del Ejército de Asad se encontraban en la base aérea de Shairat, desde donde Damasco habría podido lanzar ataques sobre Jan-Sheijun.
En cuanto a Daesh, el informe de EEUU admite que "no hay evidencia de que Daesh sea responsable de este incidente ni de que disponga de las sustancias tóxicas utilizadas en este ataque".
No obstante, numerosos analistas señalan que hay que verificar las fuentes citadas por Washington. El informe estadounidense contiene incoherencias lógicas que ponen en tela de juicio quién realmente fue el organizador del ataque contra Jan-Sheijun.
Así, el primer problema de la versión de EEUU es la convicción de que la sustancia utilizada fue el sarín, una vez perteneciente a las fuerzas gubernamentales.
"La intoxicación por clorina o mezcla de fósforo blanco habría provocado los mismas síntomas", opina el ex experto de la ONU, Scott Ritter.
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La segunda dificultad consiste en identificar el objeto que supuestamente creó el agujero en Jan-Sheijun. El tamaño del hueco no es grande, por lo cual es imposible determinar el momento de su aparición.
"El objeto habría podido ser distorsionado artificialmente para fotografías", indica Theodore Postol, profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts, quien también admite que el contenedor con armas químicas podría haber explotado en el suelo.
Mal historial de crédito
Es el segundo informe de EEUU sobre el uso de armas químicas por parte de Damasco después del documento oficial sobre el mismo tema realizado en agosto de 2013. Sin embargo, el primer informe también contiene numerosos errores e incoherencias.
No obstante, la reputación de EEUU había sufrido ya el peor golpe en 2003, cuando las autoridades estadounidenses 'encontraron' armas de destrucción masiva que supuestamente se almacenaban en Irak.
Un grupo de más de 20 exagentes de los servicios de inteligencia de EEUU firmaron un memorándum sobre los acontecimientos en Siria dirigido al mandatario estadounidense, Donald Trump. El objetivo principal del documento es "advertirle a Trump de la amenaza inequívoca de un enfrentamiento armado con Rusia", el peligro del cual "ha aumentado tras los bombardeos sobre Siria en respuesta a lo que llama Usted 'el ataque químico sirio'" del 4 de abril.
"Nuestras fuentes dentro del Ejército de EEUU nos informaron que el ataque no había tenido lugar. No hubo ningún ataque químico en Siria", concluyeron los exagentes.