En 2017 se cumplen 100 años de la Revolución Rusa. Pero sobre todo se la vincula a los sucesos de octubre. Sin embargo, principio tienen las cosas y fue en febrero. ¿Es así?
En febrero esta organización estaba extendida por todo el territorio de la Rusia zarista. En ese momento estalla este movimiento en un contexto internacional muy complejo para Rusia, que participaba de la Primera Guerra Mundial como aliada de las potencias occidentales, Francia y Gran Bretaña. El movimiento revolucionario tenía como una de sus banderas la paz inmediata, terminar con esta guerra que era definida por Lenin como interimperialista. Así entonces las protestas populares en Petrogrado desembocan en un levantamiento generalizado en el mes de febrero.
¿Qué pasó a partir de entonces?
El resultado se tradujo en que el zar fue obligado a abdicar, lo cual derivó en la conformación de un gobierno provisional que sería liderado por una figura muy representativa del socialismo más moderado, Aleksandr Kerenski.
Esta incertidumbre a nivel interno se traduce en que Rusia empieza a sufrir fuertes derrotas en el frente militar durante la guerra. Los alemanes aprovechan para avanzar sobre territorios rusos, Polonia, Bielorrusia y Ucrania. Todo eso conduce, ya en plena Revolución de Octubre, a iniciar negociaciones para la paz. Para ese momento varios de esos territorios ya habían sido segregados del antiguo imperio ruso. Estos episodios son los más destacados de febrero, y a su vez la base para lo que vendría en octubre.
¿Qué vino en octubre?
En octubre de 1917 se pone fin a este gobierno provisional y se instala el gobierno soviético, donde el futuro Partido Comunista de la Unión Soviética jugó un fuerte papel articulador.
¿Cómo fue percibida la revolución desde América Latina y qué influencia ejerció?
Fue seguida con mucho interés prácticamente en todos los países, pero en algunos hubo un mayor activismo. Tal vez donde más impacto tuvo fue México, después de la revolución encabezada en 1910 por Emiliano Zapata y Pancho Villa. Tanto la revolución mexicana como la rusa tenían un alto componente de participación campesina, y por eso se trazaron muchas analogías, porque el problema campesino, el de la tierra y la reforma agraria, también era central en México.
¿Qué pasaba en Occidente mientras tanto?
En Europa, después de 1918, ya firmada la paz, surgieron movimientos con intención de replicar en sus países la dinámica revolucionaria rusa. Fue el caso de los espartaquistas en Alemania, el movimiento de Rosa de Luxemburgo, que fue claramente aplastado por el gobierno. En otros países se formaron movimientos de extrema derecha para frenar la expansión de estas formas de protestas y los proyectos revolucionarios. Fue el caso en Italia con la fundación del partido fascista por Benito Mussolini en la década del 20.
¿Es correcto afirmar que la revolución también marcó el inicio de la caída del modelo imperial que dominaba el mundo?
En otros países se comenzaron a crear estructuras a imagen y semejanza de los soviets, con miras a sacudir el sistema de gobierno monárquico. La desintegración del imperio austríaco y el fin de la monarquía de los Habsburgo crearon también un clima propicio para el surgimiento de movimientos como el espartaquista de los alemanes, tal vez sin capacidad operativa aunque muy fuertes en términos de acción social, en Austria, en Hungría y en Polonia.
Han pasado 100 años y el mundo ha cambiado mucho… ¿dónde se rastrea la vigencia de esa revolución iniciada en febrero de 1917?
¿Esto explica por qué el Partido Comunista sigue siendo tan fuerte en sindicatos y en organizaciones sociales de base en todo el mundo?
Sí, también, porque el que antiguas reivindicaciones de los trabajadores se hubieran materializado en hechos consumados por la legislación en la URSS, dio un fuerte fundamento a los partidos que tomaban esas mismas reivindicaciones como base para sus programas políticos.