El gobierno del país latinoamericano "iniciará de inmediato conversaciones que generen nuevos acuerdos comerciales bilaterales con los participantes de ese tratado", dijo el mandatario en su discurso en Los Pinos, residencia presidencial, luego de que su par de EEUU, Donald Trump, firmase una orden ejecutiva para retirar a su país del TPP.
"Ni confrontación ni sumisión, la solución es el diálogo y la negociación", con el Gobierno de Trump, dijo el mandatario en discurso sobre política exterior para los próximos dos años del final de su mandato, en el cual delineó los principios y objetivos de la nueva relación bilateral con el nuevo Gobierno, ante representantes de todos los poderes, líderes empresariales y sindicales.
En materia comercial, el país latinoamericano anunció nuevos acuerdos bilaterales, luego de que Trump firmó una orden ejecutiva para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) vigente desde 1994, y retirar a EEUU del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP).
Un diagnóstico objetivo indica que el nuevo Gobierno estadounidense "tiene nueva visión ante su política exterior", considera el mandatario, ante la cual "México debe tomar acciones para defender sus intereses nacionales", subrayó el titular del Ejecutivo federal.
"Unos piden acciones agresivas y confrontación, otros anticipan sumisión", dijo el presidente para descartar esas dos opciones, y ofrecer el diálogo y la negociación como alternativa.
"Sí, vamos a una negociación y para que sea exitosa, debemos definir los objetivos que perseguiremos", planteó Peña Nieto.
A continuación, expuso cinco principios de esa negociación, encabezados por una defensa de la soberanía nacional: "Somos una nación soberana, y actuaremos como tal, el único interés es el de México y los mexicanos", enfatizó el mandatario.
Cinco principios y un decálogo
La política exterior de Peña Nieto tras el ascenso de Trump, está diseñada para "fortalecer la presencia de México en el mundo" a fin de diversificar sus vínculos políticos, comerciales, de inversión, turismo y cooperación, y "construir nuevas etapas de diálogo y negociación en la relación bilateral".
Las negociaciones que darán inicio con el viaje de dos altos cargos federales esta semana a la Casa Blanca, y del propio mandatario la próxima a Washington, serán impulsadas con base en un decálogo, encabezado por una exigencia al Gobierno de EEUU para "garantizar un trato humano y con respeto a los derechos humanos de los migrantes mexicanos".
El segundo de esos diez puntos es que cualquier proceso de repatriación de indocumentados "sea de manera ordenada y coordinada" con base en protocolos y acuerdos vigentes, con "trato digno y respetuoso".
El libre flujo de remesas de los mexicanos desde EEUU de proseguir, en cuarto lugar, si dificultades ni "medidas que encarezca su envío a México" —como amenaza Trump-, que suman unos 25.000 millones anuales, dijo el presidente.
El quinto punto de la agenda mexicana es que EEUU se comprometa a "trabajar corresponsablemente con México para detener el ingreso ilegal de armas y de dinero de procedencia ilícita" del crimen organizado.
Ambos países deben, en sexto lugar, preservar el libre comercio entre Canadá, México y Estados Unidos, "exento de cualquier arancel o cuota, como ha sido desde 2008" puntualizó.
El nuevo acuerdo comercial que surja de las negociaciones "debe traducirse en mejores salarios para los trabajadores mexicanos, en octavo lugar y, en noveno "proteger el flujo de inversiones hacia México para que siga siendo un destino confiable y atractivo para invertir", condicionó.
El mandatario propuso trabajar por una frontera que no divida a los dos países, porque "México no cree en los muros", finalizó, al rechazar los planes de Trump que pretende construirlo a expensas del país latinoamericano.