Ver lo que está delante de nuestros ojos requiere un esfuerzo constante
(George Orwell, 1903-1950)
Tan seguros estaban que ni siquiera prestaron atención a la opinión de los ciudadanos comunes y corrientes, a sus WASP (blanco, anglosajón y protestante) que ya estaban hartos de ajustar sus cinturones año tras año y ver sus bolsillos cada vez más vacíos. Entonces, la vida les dio una sorpresa y la Presidencia la ganó Donald Trump, un personaje a quien ni siquiera tomaron en serio durante la campaña electoral.
Los periodistas y ejecutivos de las cadenas de CNN, NBC, CBS, MSNBC, CNN, FOX News convocados, según The New York Post, estaban esperando una discusión sobre el acceso de sus medios al futuro Gobierno de Trump. Ni imaginaban lo que les esperaba y por eso quedaron perplejos cuando al inicio de la reunión a puerta cerrada, el presidente recientemente elegido declaró que "estamos reunidos en una habitación llena de mentirosos, engañosos, deshonestos representantes de los medios de comunicación". Después se dirigió al jefe de CNN, Jeff Zucker y le escopeteó: "Yo odio su cadena de TV, todos en CNN son mentirosos y usted debería de sentirse avergonzado".
El ascenso al poder político de Donald Trump, pone en peligro el orden global neoliberal que tanto le ha costado poner en marcha al gobierno en la sombra de la súper élite global. Su títere, Barack Obama, ya no sirve para nada y no hay nadie en realidad que podría eficazmente seguir promoviendo las ideas del neoliberalismo global. Durante su última gira a Europa, Obama designó como su sucesora neoliberal globalizadora en el viejo continente a Angela Merkel, quien está perdiendo popularidad no solo en Alemania, donde más de la mitad de los ciudadanos se oponen a su reelección después de 11 años de liderazgo, sino a nivel internacional. La misma Merkel tuvo que anunciar hace poco que la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP), que se consideraba la segunda "joya " de los globalizadores después del TPP, no va ser puesta en marcha.
La decisión de Trump de poner un freno a la globalización neoliberal desenfrenada para que la economía norteamericana se recupere y agarre un adecuado ritmo de crecimiento, en beneficio de la mayoría de la población, ha producido una fuerte irritación en los círculos elitistas neoliberales. Cuando Trump declaró que "voy a conseguir que Apple fabrique sus ordenadores y sus iPhones en nuestra tierra, no en China", no es una simple frase vacía, sino que tiene base y se apoya en la tesis del estudioso John Smith en referencia a la globalización que ha creado la sobre explotación en las condiciones cuando "alrededor del 80% del comercio mundial está vinculado a las redes de las empresas transnacionales". John Smith, el autor del libro, 'Imperialismo en el Siglo XXI' pone énfasis en el hecho de que la globalización ha influido para que "el centro de gravedad de la mayor parte de la producción industrial mundial se ha desplazado del Norte al Sur y de Occidente a Oriente".
Hace varios días, Trump anunció la creación de un fondo de un valor de un millón de millones de dólares para invertirlos en infraestructura, teniendo en cuenta que las carreteras, los puentes y ferrocarriles que se están desmoronando. El nuevo líder norteamericano está haciendo énfasis en la necesidad de proteccionismo comercial y en la preservación de empleos en EEUU. Lo que oculta la prensa globalizada es la promesa de Trump de mantener las ayudas de la Asistencia Social y de hacer mejorar el Programa del Seguro Médico puesto en marcha por el gobierno de Obama. A diferencia del actual presidente Obama, que ha tratado siempre de presentar ilusiones como una realidad, Donald Trump habla sin tapujos y de frente.
Igualmente, el tema sobre el supuesto crecimiento del racismo en el Gobierno de Donald Trump no tiene asidero, puesto que esto es 'pan de cada día' en EEUU. Para muestra un botón, durante el año 2016 en el Gobierno del líder 'negro', Barack Obama, se produjeron 215 asesinatos de afroamericanos a manos de la Policía. Un informe del FBI del 2015 sobre las víctimas de la discriminación racial habla de 7.600 víctimas afroamericanas. Este tema no fue tocado durante la campaña electoral, ni la candidata Clinton mencionó que iba a luchar en contra del racismo.
Donald Trump resultó ser el catalizador de los cambios que los globalizadores están tratando de boicotear. Por el momento, los congresistas tanto republicanos como demócratas están tratando de torpedear un posible acercamiento de Norteamérica a Rusia cuya posibilidad ha anunciado varias veces el próximo presidente. Por ahora, el senador demócrata Ben Cardin declaró que "Rusia representa un serio desafío a Norteamérica. Los rusos no son nuestros aliados, son matones". Muchos otros senadores al retornar al Congreso después del receso debido a las elecciones, exigieron también tomar serias acciones contra Rusia debido a una posible interferencia del país en las elecciones estadounidenses.
Lo curioso en el desarrollo de los acontecimientos en EEUU es que mientras la élite está tratando de empujar al país hacia nuevas aventuras bélicas, la mayoría de los norteamericanos quieren la paz, según una reciente encuesta de una de las más prestigiosas encuestadoras norteamericanas, Survey Sampling International. Resulta que el 63,4% de los participantes cree que la mayor amenaza para EEUU proviene del terrorismo extranjero y solo un 18% considera a Rusia y China como las mayores amenazas a la seguridad de Norteamérica. Un 52 se opone al militarismo norteamericano y el 51% se siente más inseguro debido a las guerras de George W. Bush y de Barack Obama. El 75% de la población quiere la reducción de las operaciones militares en el extranjero y prestar más atención a la economía nacional.
No se saben los límites de las intenciones de Donald Trump de dar un nuevo impulso a su país, ni de la voluntad de sus 5.000 nuevos operadores que se instalarán próximamente en los puestos claves del Gobierno. Lo único que está claro es la decisión del gobierno en la sombra de quitarle a Donald Trump lo más pronto el timón del Gobierno si es que se decide ignorar el real poder de la élite.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK