"Si Rusia no hubiera intervenido hace un año, probablemente, ni Bashar Asad, ni tampoco el Estado sirio, seguirían existiendo. Y el riesgo de que se produjera ese escenario en el verano y otoño de 2015 era más que real".
La situación en Siria no solo no mejora, sino que se agrava constantemente, y las acusaciones mutuas de EEUU y Rusia sobre la falta de voluntad para coordinar sus acciones para derrotar definitivamente a Daesh no hacen más que echar leña al fuego.
"El grado de desconfianza entre EEUU y Rusia es de casi el cien por cien. En este contexto, la guerra mediática forma parte del enfrentamiento general por el conflicto sirio. Hoy en día, Rusia juega el papel prácticamente principal en Siria en términos de influencia sobre el conflicto. Y este hecho causa un gran descontento y enfado por parte de los estadounidenses", explica Fiódor Lukiánov.
Ante la retórica iracunda de Washington y la ausencia de una posición común entre los estadounidenses respecto al conflicto, el experto cree que actualmente no hay perspectivas de que se produzca una tregua.
"Un gran problema para la implementación exitosa de la tregua es que no estamos tratando con un socio único cuando hablamos de EEUU. Entre los estadounidenses, hay algunos que están dispuestos a lograr algún tipo de acuerdo. Creo que el presidente Obama y su secretario de Estado Kerry están dispuestos a hacerlo. Pero el Pentágono claramente tiene una posición diferente. Al mismo tiempo, Obama, presidente saliente, tiene menos oportunidades para mantener su política. Y el Pentágono no confía nada en Rusia", concluye Lukiánov.
Lea también: El jefe del Pentágono acusa a Rusia de "atizar la guerra civil" en Siria
En cualquier caso, el resultado del año 2016 sigue siendo alarmante, aunque Rusia alcanzó su objetivo principal: evitar el colapso final de Siria. Sin embargo, según Fiódor Lukiánov, el nivel de la competencia entre EEUU y Rusia en el conflicto sirio, desgraciadamente, irá creciendo.
Hace un año, Rusia se unió a los intentos de arreglo de la situación después de que el presidente sirio, Bashar Asad, pidiera a Vladímir Putin prestar apoyo militar a su país en la lucha contra el terrorismo.
Fue entonces cuando se determinó que la ayuda militar rusa se limitaría exclusivamente al apoyo aéreo del Ejército sirio. A pesar del descontento y la preocupación de EEUU, los ataques de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia han sido precisos y han causado grandes pérdidas entre las filas de Daesh —grupo terrorista proscrito en Rusia y otros países—.