El periodista estadounidense Antoun Issa afirma que el acuerdo estaba condenado al fracaso desde el principio.
"El fracaso del acuerdo del alto el fuego no es una sorpresa. Además, la mayoría de los observadores era pesimista sobre el mismo, antes de que entrara en vigor el 12 de septiembre", observó en su artículo para el periódico The National Interest.
Agregó que hay por lo menos cuatro razones para explicar el fracaso del acuerdo ruso-estadounidense sobre Siria.
Segundo, las agrupaciones terroristas como el Frente Fatah al Sham —el antiguo Frente Al Nusra— y Daesh, ambos grupos proscritos en Rusia y otros países, son capaces de poner palos en las ruedas del proceso de paz. Según el experto, el Frente Fatah al Sham está interesado en romper cualquier acuerdo de paz que incluya una ofensiva antiterrorista y, de este modo, amenace a la agrupación. Además, los rebeldes sirios siguen cooperando con Fatah al Sham, algo que impide que EEUU y Rusia consigan una tregua sostenible.
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La cuarta razón del fracaso es el hecho de que EEUU y Rusia están demasiado ocupados resolviendo sus propios problemas geopolíticos en Siria, lo que no da lugar para el proceso pacífico en el país.
De acuerdo con Stanislav Tarasov, jefe de un grupo de investigación sobre Oriente Próximo y el Cáucaso, el acuerdo del alto el fuego entre Washington y Moscú parecía "defectuoso" desde el principio.
"Sin la participación de estos países, el formato del acuerdo parecía incorrecto", recalcó. Señaló que el ataque de la coalición liderada por EEUU sobre las fuerzas gubernamentales sirias en Deir Ezzor —calificado de un "accidente" por la parte estadounidense— también hizo fracasar el acuerdo.
Según Tarasov, esta situación controvertida es resultado de la acción de una "tercera fuerza" que interfiere en el proceso de paz en Siria. Según el experto, esta fuerza es el Pentágono, que trata de obstaculizar el trabajo de los cuerpos diplomáticos estadounidenses.
No obstante, el objetivo clave para las potencias extranjeras es separar a la oposición moderada siria de los grupos terroristas radicales. Mientras tanto, las opiniones de Moscú y Washington sobre qué grupos rebeldes deben considerarse terroristas y cuáles no, no coinciden del todo, concluyó el experto.