"Me siento solitario sin guerra".
(Winston Churchill, 1874-1965)
Apenas pasaron siete días desde la supuesta entrada en vigencia del acuerdo, para que los mismos norteamericanos lo violaron impunemente y en un acto de provocación bombardearon las posiciones de las tropas del Ejército Árabe Sirio (SAA) ocasionando 62 muertos y más de 100 heridos, y peor aún, pese a toda evidencia en su contra acusaron a Siria y Moscú de atacar con bombas a los camiones de ayuda humanitaria.
Entonces, todas las lamentaciones de Barack Obama sobre un 'error' representan un enésimo acto de cinismo por parte de los líderes norteamericanos. Fue un 'error' deliberado para atacar a uno de los destacamentos militares sirios mejor entrenado infligiéndole un sustancial daño y a la vez provocar a los rusos midiendo los límites de su paciencia. Pero hay más aún, coincidentemente, cuando crecía el rechazo de la opinión pública por esos actos, ¡oh sorpresa! se produjeron dos supuestos actos 'terroristas' en Nueva York y Nueva Jersey, y así toda la atención mediática mundial se dirigió hacia ese punto.
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En su reciente artículo 'El verdadero papel de EEUU en Siria', el promotor de las reformas de 'Terapia de Choque' en Bolivia, Polonia y Rusia, Jeffrey Sachs, afirmó que "EEUU ha participado en la guerra de Siria desde el 2011".
En enero del 2013, The New York Times informó sobre una "orden presidencial secreta de Barack Obama a la CIA para armar a los rebeldes sirios". En aquel entonces el presidente aseguró que "no habría botas estadounidenses en el terreno". Pero cuando Rusia empezó a bombardear a Daesh y al Frente Fatah al Sham, Washington exhortó al Kremlin de "abstenerse de poner en riesgo las tropas norteamericanas en Siria". A pesar de que el Congreso nunca dio la autorización al presidente de desplazar sus fuerzas especiales a Siria, Barack Obama utilizó el permiso del poder Legislativo para usar las fuerzas armadas contra los culpables de los ataques del 11S dando su visto bueno al Ejército para librar su guerra en Siria con el permiso disfrazado del Congreso.
Las recientes especulaciones sobre la división de opinión entre el Pentágono que está contra el alto al fuego y el departamento de Estado que lo está tratando de implementar son pura demagogia. El secretario de Defensa, Ashton Carter, que aparentemente quiere torpedear el cese al fuego para intensificar el conflicto, expandir la presencia norteamericana en Siria y enfrentar a Rusia directamente.
En realidad expresa las ideas de los asesores 'halcones' de Barack Obama y los del departamento de Estado por mucho que su secretario John Kerry lo niegue. Sus intereses coinciden y reflejan los propósitos de las elites norteamericanas que quieren sacar a Bashar Asad del poder, dividir Siria en varios Estados minúsculos, poner un líder sumiso en Damasco, atravesar Siria con gasoductos de Catar a Turquía y a Israel y, lo más importante infligir una humillante derrota a Moscú antes de las elecciones presidenciales en Rusia en marzo de 2018 para poner fin a la carrera de Vladímir Putin.
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Esta es la triste realidad que domina Siria y la supuesta lucha de Washington contra el Frente Fatah al Sham y el Daesh es pura fantasía. En agosto de 2016, el Frente Fatah al Sham cambió de nombre y se convirtió en un grupo 'revolucionario' moderado, en estimación del departamento de Estado, el Frente Fatah al Sham que se unió con el otro grupo radical de yihadistas Harakat Ahrar al-Sham, para así formar el Ejército Libre de Idlib. Su propósito es el mismo y consiste en crear un Califato global que no estará sujeto a las limitaciones geográficas ni temporales.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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