"Los influyentes patrones que siguen nutriendo la máquina militar también tienen las manos manchadas de sangre", dijo.
Ban señaló que durante el conflicto sirio "muchos grupos mataron a numerosos civiles pero más que todos el Gobierno de Siria, que sigue arrojando bombas de barril contra distritos enteros y torturando a miles detenidos de modo sistemático".
"En el mundo actual el conflicto sirio se lleva el mayor número de las vidas y siembra inestabilidad. Este conflicto no tiene una solución militar", dijo al intervenir en el 71º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Ban Ki-moon puntualizó que el futuro de Siria no debe basarse en el destino de una persona.
"La transición política se retrasó, después de este tipo de violencias y desórdenes en la gestión el futuro de Siria no debe depender del destino de una persona", dijo.
Instó a "todos aquellos que tienen influencia a poner fin a los combates y negociar".
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El secretario general también expresó su indignación por el bombardeo de un convoy humanitario en Siria.
"Los hicieron unos cobardes", dijo Ban.
Expresó la esperanza de que los culpables respondan por el ataque.
La noche del mismo día la organización informó de un ataque contra una de las dos caravanas en las inmediaciones de Urm al Kubra, al suroeste de la ciudad de Alepo, en el que, según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), fueron destruidos 18 de los 31 camiones y un hospital móvil.
El CICR anunció también la muerte de una veintena de personas en el ataque.