"Uno de los actos más horribles es la evidencia que el mundo está herido hasta lo más profundo de su esencia por un mal que no tiene nombre".
Thomas Merton, 1965
Hay heridas que se curan con mucha dificultad, especialmente cuando no se sabe o se duda de la real procedencia del mal que está afectando a un convaleciente. Lo mismo ha estado pasando con Norteamérica y el mundo entero durante los últimos 15 años desde aquel atroz y trágico ataque del 11 de septiembre del 2001 cuando un grupo de terroristas de Al Qaeda secuestró a cuatro aviones, dos de los cuales se estrellaron contra las Torres Gemelas en Nueva York, el tercero, según los informes oficiales, impactó contra un edificio del Pentágono y el cuarto se estrelló en una zona rural de Pensilvania. Aquella trágica mañana unas 3.000 personas perdieron sus vidas sin saber por qué.
Bob Simon, corresponsal de la cadena CBS News y presentador del programa '60 Minutes' tuvo un fatal accidente de tráfico el 11 de febrero de 2015. Ned Colt, corresponsal de la cadena NBC sufrió un repentino derrame cerebral el 12 de febrero y David Carr, periodista del diario The New York Times, murió de un infarto también el 12 de febrero de 2015. Sus historias médicas mostraban que todos ellos tenían buena salud. Ahora si esto sucede con reconocidos hombres de prensa que tratan de descubrir la verdad ya podemos imaginar lo que pasa con cualquiera que se atreva a hacer esta hazaña.
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 12 de septiembre de 2016
El reciente artículo de la revista European Scientific Journal, '15 Years Later: On the Physics of High-Rise Building Collapses' (15 años más tarde: sobre la física del colapso de los edificios altos) pone más en duda las conclusiones del Gobierno y del NIST sobre las causas de la destrucción de las Torres Gemelas y del WTC 7. Unos 2.628 científicos, arquitectos e ingenieros están afirmando que los tres edificios no colapsaron por el impacto de aviones sino por la demolición. En 1993 el periódico The Seattle Times publicó un informe científico que analizaba las consecuencias del impacto de un Boeing 707 en las Torres Gemelas, llegando a la conclusión que las estructuras de acero de los edificios resistirían el impacto.
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En conclusión, lo que sucedió aquél 11 de septiembre ante los ojos del mundo es un secreto a voces pero que nadie puede castigar, mientras tanto el grupo 'Familias 9/11' clama justicia. Pero de que justicia se puede hablar en el país donde, según el filósofo e historiador norteamericano Howard Zinn, "en la cárcel están los que no deben, y no están los que deben; en el poder están los que no deben, y los que deben no están en el poder".
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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