El yuan o renminbi se convirtió en agosto en la cuarta divisa más utilizada en intercambios globales al superar al yen japonés. Representa ya el 2,79 por ciento del total, un porcentaje mínimo en comparación con el dólar pero que a la vez muestra un rápido crecimiento.
Tema: Devaluación del yuan
La cuarta parte del comercio exterior chino se firma en yuanes y es probable que siga creciendo, señala Andrew Kenningham, experto en comercio global de Capital Economics.
"Pero es improbable que sea utilizado a larga escala por terceras partes. La principal razón es que no es totalmente convertible y los mercados chinos tienen menos liquidez y son menos profundos que los estadounidenses. Esto seguirá siendo así durante mucho tiempo porque Pekín procede muy lentamente hacia la plena liberalización del capital", señala por email a Sputnik Nóvosti.
El CIPS permitirá que las compañías internacionales operen directamente en yuanes sin necesidad de recurrir a los contados bancos de Hong Kong, Londres o Singapur que hasta ahora podían prestar servicios de compensación transfronteriza.
El sistema no sólo ahorrará mucho tiempo y dinero sino que allanará el desembarco de las grandes compañías chinas en el extranjero.
"Incrementará la volatilidad y el riesgo de las exportaciones chinas y las industrias orientadas a la importación. El lado bueno es que ayudará a las compañías chinas a integrarse en la economía global y hacerse más competitivas", señala por email Oliver Rui, profesor de Economía de la Escuela de Negocios CEIBS (Shanghái).
Rui subraya como evidencia del auge del yuan los cada día más frecuentes acuerdos de intercambio de divisa.
China acordó con Chile en mayo el intercambio de 22 mil millones de yuanes (3.500 millones de dólares) durante los tres próximos años. A principios de año, Argentina solicitó a Pekín el cuarto plazo de los 11 mil millones de dólares en intercambio de divisas que habían firmado en julio pasado.
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El yuan supone una alternativa muy beneficiosa para Latinoamérica cuando la moneda estadounidense se está revalorizando rápidamente.
China planea emitir deuda pública en el Reino Unido en noviembre en moneda propia por valor de 5 mil millones de yuanes (788 millones de dólares), según el medio Bloomberg. Sería la primera experiencia similar más allá de Hong Kong y convertiría a Londres en la capital europea de inversiones en yuanes.
China es el principal socio comercial con buena parte del globo y la creciente presencia de su moneda en los intercambios es el paso lógico. Otras naciones poderosas en el pasado como Gran Bretaña, Francia, la Alemania nazi, el Japón imperialista o Estados Unidos ya animaron el uso de sus divisas para aumentar su influencia.
La internacionalización del yuan es uno de los pilares de la política económica de los últimos años de Pekín, que ha urgido a la "desamericanización" del mundo a través de una nueva divisa de reserva.
"Esos días alarmistas en los que los destinos de todo el mundo están en manos de naciones deben terminarse y un nuevo orden mundial debe tomar el mando", sostenía dos años atrás la agencia de noticias Xinhua cuando la parálisis en Washington provocada por los radicales del Tea Party hacía temer por la salud de los 1,3 billones de dólares en reservas chinas.
Ousméne Mandeng, ex jefe de división del FMI, explicaba en 2013 que era muy poco probable que Washington "subordine sus objetivos nacionales a las necesidades de la economía internacional".
En la conquista de los mercados globales del yuan ordenada por Pekín juegan tanto factores económicos como geopolíticos.
"Principalmente es una cuestión de prestigio. Por ejemplo, no existe una razón económica racional para que China quiera que el yuan sea incluido en los Derechos Especiales de Cambio del FMI, pero es uno de los principales objetivos del Gobierno", señala Kenningham.