Según él, al fin y al cabo “las armas enviadas por EEUU caerán en manos del Estado Islámico” y muchos oposicionistas “moderados” pasarán a las banderas negras de la organización terrorista, lo que pasó con el Ejército Libre Sirio”.
Borodavkin subrayó que Rusia ha advertido a los socios occidentales contra el doble juego: condena verbal de terroristas y su uso oculto en los intereses geopolíticos.
“Nadie garantiza que en el futuro próximo en un suburbio donde viven inmigrantes de una capital europea el EI no declarará un emirato que será considerado como parte del califato mundial”, agregó.
El diplomático ruso está seguro de que el uso de dobles estándares no llevará la paz a Siria, precisando que “parece que alguien quiere dividir Siria, destruir el sistema estatal sirio amparándose con supuesta preocupación por los derechos humanos”.
Desde marzo de 2011, Siria está sumida en una guerra civil en la que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición, incluido grupo extremista como el Estado Islámico.
Según datos de la ONU, el conflicto armado ya ha causado más de 200.000 muertos y 4 millones de desplazados.