La contratación de Neymar se cerró en el verano de 2013, siendo presidente del Barça Sandro Rosell, que por aquel entonces aseguró que la operación había costado 57 millones de euros. Sin embargo, el fichaje del brasileño habría ascendido, según la acusación pública, a 94.892.181,29 euros, que saldrían de los 82.743.485 euros de la contratación, y los 12.148.696 euros en impuestos que nunca se llegaron a pagar.