Bartomeu, que a pesar de estar imputado continúa al frente del Barça, aseguró que "el liderazgo" de las conversaciones para este fichaje las realizó su antecesor, Sandro Rosell.
El dirigente azulgrana declaró en la Audiencia Nacional en Madrid durante más de tres horas como imputado en la causa que ya lleva varios meses abierta y que investiga la compra del futbolista brasileño.
La contratación de Neymar se cerró en el verano de 2013, siendo presidente del Barça Sandro Rosell, que por aquel entonces aseguró que la operación había costado 57 millones de euros.
Sin embargo, el fichaje del brasileño habría ascendido, según la acusación pública, a 94.892.181,29 euros, que saldrían de los 82.743.485 euros de la contratación, y los 12.148.696 euros en impuestos que nunca se llegaron a pagar.
"Yo les di la instrucción de que trabajasen con riesgo cero, que lo arreglaran y que pagaran", afirmó Bartomeu, que aseguró que el Barça ya pagó 13,5 millones de euros para regularizar su situación.
Sin embargo, según la Fiscalía de la Audiencia Nacional, este pago sería constitutivo de un delito fiscal por un fraude a la Hacienda Pública de 2,8 millones de euros, dado que se tributó por un no residente en España en lugar de por un residente.
Bartomeu está imputado por supuesto delito fiscal de 2,8 millones de euros y su antecesor, Sandro Rosell, por dos fiscales y uno societario, cometidos durante la contratación de Neymar Da Silva.