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"Cualquier cosa podría pasar": Canadá irá a las urnas bajo la sombra de Trump y de Trudeau

El actual primer ministro y candidato liberal Mark Carney se enfrentará este 28 de abril al líder conservador Pierre Poilievre, en una contienda trastocada primero por la renuncia anticipada de Justin Trudeau en enero y luego por los embates arancelarios y anexionistas del presidente estadounidense Donald Trump.
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En medio de un fuerte enfrentamiento con Washington y tras un llamado a elecciones anticipada debido a la renuncia del primer ministro Justin Trudeau, los canadienses irán a las urnas este 28 de abril, poniendo fin a unas de las campañas electorales más volátiles de los últimos años en el país norteamericano.
Si bien la inestabilidad política de Canadá se viene cocinando a fuego lento desde el principio de la pandemia de COVID-19, cuando las medidas de confinamiento establecidas por el Gobierno federal dividieron aún más a la sociedad, la dimisión en enero del entonces premier aceleró el proceso de incertidumbre y puso fin a la segunda iteración en el poder de la dinastía Trudeau (su padre, Pierre, gobernó el país casi ininterrumpidamente desde 1968 a 1984).

¿Nueva oportunidad para los liberales?

Los liberales eligieron como nuevo líder al economista Mark Carney tras la dimisión de Trudeau, quien inicialmente había asegurado que se presentaría en los comicios de este año para buscar un cuarto mandato, pero cuyos paupérrimos números de aprobación lo hicieron no solo renunciar a la candidatura, sino también al poder.
Así, Carney se convirtió en el nuevo primer ministro y el candidato del oficialismo para las elecciones de este año, pese a no estar inicialmente entre los favoritos para alcanzar el puesto.
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El actual líder canadiense fue criticado al interior del partido por sus credenciales ligadas al establishment —fue director del Banco de Inglaterra y el Banco de Canadá, además de funcionario de firmas como Goldman Sachs— y por su falta de experiencia política.
Sin embargo, su llegada al Gobierno coincidió con el regreso a la Casa Blanca de Trump, quien hizo de Canadá uno de los principales blancos de sus ambiciones expansionistas y políticas comerciales, imponiendo aranceles a las importaciones de dicho país y declarando continuamente sus intenciones que se convirtiera en el estado número 51 de EEUU.
Este contexto no podía haber sido más beneficioso para Carney, que pasó de ser percibido como un "golden boy de Davos" y un banquero prácticamente extranjero (posee la triple nacionalidad: canadiense, inglesa e irlandesa, además de que vivió buena parte de su vida fuera del país) a tener la oportunidad de calzarse el traje de defensor del orgullo nacional, advirtiendo sobre la amenaza que representaba Trump y declarando "terminada" la cooperación económica y militar con EEUU.
La tensión con Washington no solo revivió el espíritu patriótico canadiense, sino también las oportunidades electorales del Partido Liberal, que antes de la renuncia de Trudeau aparecía en la mayoría de los sondeos con una desventaja de alrededor de 25 puntos ante sus históricos rivales, el Partido Conservador, y su candidato Pierre Poilievre.
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Precisamente, la antipatía suscitada por Trump en el electorado canadiense fue un duro golpe para la campaña de Poilevre, un político de 45 años que emergió tras la pandemia de COVID-19 con un mensaje de "sentido común" para reactivar la alicaída economía canadiense, lejos de los excesos neoliberales corporativos de Trudeau.

"Tiempos de incertidumbre"

Los conservadores presentaron al político como una versión canadiense del magnate republicano, debido a sus continuos dardos contra los medios tradicionales, la corrección política progresista y a la burocracia estatal, así como su predilección por una agenda centrada en el regreso a la producción local.
Sin embargo, lo que resultó atractivo en el 2023 y en el 2024, en un año en el que Trump afirmaba que Canadá no sería nada sin los EEUU, cualquier similitud con el empresario republicano dejó de ser una ventaja electoral.
Para Samuel Losada, internacionalista egresado de la Universidad de Belgrano, el cambio en la trayectoria de la contienda canadiense está "perfectamente en sintonía con los tiempos de incertidumbre" que vive el mundo, pero señala que una victoria de Poilievre no puede descartarse, si bien los últimos sondeos le dan a Carney una ventaja de cuatro puntos y posibilidades de alcanzar una mayoría en el parlamento, que permitiría a los liberales gobernar en solitario.

"Hay que recordar el caso de Kamala (Harris) en EEUU, que al igual que Carney emergió con una candidatura de reemplazo de último momento y disfrutó de una breve Kamala-manía al comienzo de su campaña, con los sondeos dándole buenas perspectivas de triunfo, pero a la hora de votar, los ciudadanos recordaron que lo más importante era, como suele suceder, los temas básicos: inflación, seguridad y vivienda, etc.", afirmó.

Cambio de rumbo

En ese sentido, añade, Canadá ha sufrido en los últimos años no solo un fuerte encarecimiento del costo de vida, sino también una ralentización de su economía y una crisis de la vivienda que ha hecho que muchas familias de clase media y jóvenes adultos deban emigrar de sus ciudades.

"Todos estos temas favorecen a Poilievre, que en los últimos dos años ha hecho hincapié en que los excesos de regulaciones, el capitalismo de amigos y el abuso de programas sociales electoralistas de Trudeau estaban paralizando la economía. Y si bien Carney ha sido inteligente y ha eliminado algunos de las iniciativas más polémicas de su antecesor, como el gravamen al carbono, las cosas aún no han repuntado para el ciudadano de pie", asegura.

A la vez, Losada señala que como ocurrió con Trump tanto en el 2016 como en el 2024, podría haber un "votante oculto" de Poilievre que, si bien no hace público el sentido de su voto, a la hora de ejercerlo podría decantarse por la opción opositora, ya que el rechazo a Trudeau —la cara de los liberales por casi los últimos 10 años— todavía sigue siendo alto entre los canadienses.
"Es indudable que el malestar hacia EEUU y Trump han ayudado a Carney, que se ha querido presentar como un tecnócrata afable más cercano a la UE que a Washington, que de lo contrario hubiese tenido muy difícil despegarse de la sombra de Trudeau. Sin embargo, la necesidad por un cambio de rumbo, como se vio en las protestas anticonfinamiento de camioneros en el 2022, tiene raíces muy profundas y extensas en Canadá, así que cualquier cosa podría pasar en estos comicios" concluye.
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