Milei buscaría "reducir la dependencia" hacia Wall Street para "robustecer el perfil crediticio" de Argentina
Milei buscaría "reducir la dependencia" hacia Wall Street para "robustecer el perfil crediticio" de Argentina
Sputnik Mundo
El ministro de Economía argentino afirmó que el Gobierno planea evitar la emisión de bonos para afrontar sus compromisos de deuda. "El problema más profundo es... 24.12.2025, Sputnik Mundo
El Gobierno de Javier Milei quiere "eliminar la dependencia" hacia Wall Street. Lo afirmó el ministro de Economía, Luis Caputo, en alusión al vencimiento de deuda más acuciante para el Ejecutivo: un pago de 4.200 millones de dólares a acreedores privados. La Casa Rosada evalúa alternativas para cumplir con el compromiso sin recurrir, al menos por ahora, a una nueva emisión de bonos en los mercados internacionales.La definición fue expresada públicamente en redes sociales y respaldada por el presidente Javier Milei, en un contexto en el que los inversores siguen de cerca la estrategia del Gobierno para afrontar el calendario de pagos, con matices sobre el margen de respaldo con el que cuenta Buenos Aires tanto en materia de reservas de dólares disponibles como de acceso a financiamiento externo.La postura oficial se da en medio de un escenario restrictivo en materia de acceso al crédito. Argentina volvió recientemente al mercado voluntario con una emisión puntual —al calor de la caída del Riesgo País, que mide la sobretasa que deben afrontar los títulos argentinos en virtud a la probabilidad de incumplimiento de los compromisos—, pero aún enfrenta costos elevados de financiamiento y un historial de incumplimientos que condiciona cualquier intento de endeudamiento en el exterior.Hasta el momento, el Tesoro logró reunir una parte relevante de los dólares necesarios. A comienzos de diciembre colocó bonos por unos mil millones de dólares. A dicha cifra se suma el ingreso esperado por la concesión de represas hidroeléctricas en el sur del país, que aportaría cerca de 700 millones. Con ese esquema, el Gobierno aún debe cubrir aproximadamente 1.500 millones antes del vencimiento del 9 de enero, una brecha que mantiene abiertas distintas opciones de financiamiento.En paralelo, el Gobierno destaca el superávit fiscal —logrado mediante el fuerte ajuste del gasto— como una señal de mejora en las condiciones financieras. Sin embargo, operadores del mercado advierten que esa falta de divisas —con reservas aún en niveles negativos en el Banco Central, ya que el país debe más dólares de los que tiene— todavía supone un obstáculo relevante.No obstante, desde su asunción Javier Milei ha cosechado un fuerte respaldo externo en materia de financiamiento. Al crédito por 20.000 millones de dólares concedido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en abril último se sumó el respaldo del Gobierno de Donald Trump mediante la activación de un swap —intercambio de divisas— equivalente a otros 20.000 millones. En ambas instancias, el apoyo crediticio fue fundamental para apaciguar la incertidumbre cambiaria.La contracara de la deudaSegún el experto, la declaración apunta a robustecer el perfil crediticio de Buenos Aires. "El Riesgo País es como la fiebre: no es el problema, es el indicador", señaló, y agregó que su descenso refleja una mejora en la "salud económica", algo que impacta no solo en el Estado sino también "en la capacidad del sector privado para acceder a crédito más barato".Desde una mirada más crítica, el economista Ramiro Tosi advirtió que el mensaje oficial también revela restricciones operativas concretas. En diálogo con Sputnik, el consultor apuntó que "más allá de lo que dice el Gobierno Argentina hoy no tiene acceso pleno al mercado, por lo que emitir deuda en condiciones razonables sigue siendo muy difícil".Tosi recordó que el ministro Caputo fue el mismo artífice del crédito récord de Argentina con el FMI por 45.000 millones de dólares en 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019).Las miradas son disímiles. Abram consideró atinadas las palabras del funcionario. "Lo importante no es de dónde viene el crédito, sino que sea el más barato y sostenible", afirmó, y resaltó que honrar los compromisos sin acudir automáticamente a Wall Street "puede reducir la incertidumbre en una economía con un largo historial de crisis de deuda".El debate de fondoUno de los puntos centrales de la discusión remite al rol del Fondo Monetario Internacional en el esquema financiero actual. Para Tosi, la dependencia no se limita a Wall Street. "El problema más profundo no es el mercado, sino el FMI", afirmó. De acuerdo al experto, "se consolidó una dependencia todavía más crítica, que va a llevar muchos años desarmar".El consultor recordó que los auxilios extraordinarios fueron decisivos para evitar episodios de inestabilidad. Desde una mirada menos confrontativa, Abram reconoció que el financiamiento de organismos multilaterales fue clave, pero lo diferenció del endeudamiento tradicional. "No es lo mismo endeudarse con el mercado que con organismos internacionales para recomprar deuda o cancelar vencimientos", explicó. El debate también incluye el desarrollo del mercado de capitales local como condición de largo plazo. Tosi coincidió en el diagnóstico, pero fue escéptico sobre los tiempos. "La única forma real de independizarse del financiamiento externo es construir confianza interna, y eso lleva años", afirmó, al remarcar que hoy "el Estado todavía no logra inspirar la confianza suficiente como para financiarse plenamente en el mercado doméstico".Abram, por su parte, consideró que la estrategia oficial apunta justamente a ese horizonte. "Ningún país crece sostenidamente sin un mercado de capitales propio", señaló, y concluyó que reducir la dependencia externa no implica aislarse, sino ganar margen de decisión en un país históricamente condicionado por sus crisis de deuda.
El ministro de Economía argentino afirmó que el Gobierno planea evitar la emisión de bonos para afrontar sus compromisos de deuda. "El problema más profundo es el FMI", dijo a Sputnik un experto.
El Gobierno de Javier Milei quiere "eliminar la dependencia" hacia Wall Street. Lo afirmó el ministro de Economía, Luis Caputo, en alusión al vencimiento de deuda más acuciante para el Ejecutivo: un pago de 4.200 millones de dólares a acreedores privados. La Casa Rosada evalúa alternativas para cumplir con el compromiso sin recurrir, al menos por ahora, a una nueva emisión de bonos en los mercados internacionales.
La definición fue expresada públicamente en redes sociales y respaldada por el presidente Javier Milei, en un contexto en el que los inversores siguen de cerca la estrategia del Gobierno para afrontar el calendario de pagos, con matices sobre el margen de respaldo con el que cuenta Buenos Aires tanto en materia de reservas de dólares disponibles como de acceso a financiamiento externo.
La postura oficial se da en medio de un escenario restrictivo en materia de acceso al crédito. Argentina volvió recientemente al mercado voluntario con una emisión puntual —al calor de la caída del Riesgo País, que mide la sobretasa que deben afrontar los títulos argentinos en virtud a la probabilidad de incumplimiento de los compromisos—, pero aún enfrenta costos elevados de financiamiento y un historial de incumplimientos que condiciona cualquier intento de endeudamiento en el exterior.
Hasta el momento, el Tesoro logró reunir una parte relevante de los dólares necesarios. A comienzos de diciembre colocó bonos por unos mil millones de dólares. A dicha cifra se suma el ingreso esperado por la concesión de represas hidroeléctricas en el sur del país, que aportaría cerca de 700 millones. Con ese esquema, el Gobierno aún debe cubrir aproximadamente 1.500 millones antes del vencimiento del 9 de enero, una brecha que mantiene abiertas distintas opciones de financiamiento.
En paralelo, el Gobierno destaca el superávit fiscal —logrado mediante el fuerte ajuste del gasto— como una señal de mejora en las condiciones financieras. Sin embargo, operadores del mercado advierten que esa falta de divisas —con reservas aún en niveles negativos en el Banco Central, ya que el país debe más dólares de los que tiene— todavía supone un obstáculo relevante.
No obstante, desde su asunción Javier Milei ha cosechado un fuerte respaldo externo en materia de financiamiento. Al crédito por 20.000 millones de dólares concedido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en abril último se sumó el respaldo del Gobierno de Donald Trump mediante la activación de un swap —intercambio de divisas— equivalente a otros 20.000 millones. En ambas instancias, el apoyo crediticio fue fundamental para apaciguar la incertidumbre cambiaria.
"Reducir la dependencia de Wall Street no significa cerrarse al crédito externo, sino mostrar que el país puede cumplir sus compromisos sin recurrir de manera sistemática a nuevas emisiones", dijo a Sputnik el economista Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso.
Según el experto, la declaración apunta a robustecer el perfil crediticio de Buenos Aires.
"El Riesgo País es como la fiebre: no es el problema, es el indicador", señaló, y agregó que su descenso refleja una mejora en la "salud económica", algo que impacta no solo en el Estado sino también "en la capacidad del sector privado para acceder a crédito más barato".
Desde una mirada más crítica, el economista Ramiro Tosi advirtió que el mensaje oficial también revela restricciones operativas concretas. En diálogo con Sputnik, el consultor apuntó que "más allá de lo que dice el Gobierno Argentina hoy no tiene acceso pleno al mercado, por lo que emitir deuda en condiciones razonables sigue siendo muy difícil".
Tosi recordó que el ministro Caputo fue el mismo artífice del crédito récord de Argentina con el FMI por 45.000 millones de dólares en 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019).
"Es paradójico que quien encabezó el proceso de endeudamiento más acelerado de los últimos 100 años se presente ahora como evangelizador de la autonomía financiera", criticó a tiempo de agregar que "el discurso responde a la necesidad de llegar al vencimiento de enero sin sobresaltos".
Las miradas son disímiles. Abram consideró atinadas las palabras del funcionario. "Lo importante no es de dónde viene el crédito, sino que sea el más barato y sostenible", afirmó, y resaltó que honrar los compromisos sin acudir automáticamente a Wall Street "puede reducir la incertidumbre en una economía con un largo historial de crisis de deuda".
Uno de los puntos centrales de la discusión remite al rol del Fondo Monetario Internacional en el esquema financiero actual. Para Tosi, la dependencia no se limita a Wall Street. "El problema más profundo no es el mercado, sino el FMI", afirmó. De acuerdo al experto, "se consolidó una dependencia todavía más crítica, que va a llevar muchos años desarmar".
El consultor recordó que los auxilios extraordinarios fueron decisivos para evitar episodios de inestabilidad.
"Sin el FMI y sin apoyos externos puntuales, este esquema no hubiera llegado hasta acá", sostuvo, y mencionó episodios de tensión cambiaria recientes como prueba de que el programa económico sigue necesitando anclas externas para sostenerse.
Desde una mirada menos confrontativa, Abram reconoció que el financiamiento de organismos multilaterales fue clave, pero lo diferenció del endeudamiento tradicional. "No es lo mismo endeudarse con el mercado que con organismos internacionales para recomprar deuda o cancelar vencimientos", explicó.
El debate también incluye el desarrollo del mercado de capitales local como condición de largo plazo. Tosi coincidió en el diagnóstico, pero fue escéptico sobre los tiempos.
"La única forma real de independizarse del financiamiento externo es construir confianza interna, y eso lleva años", afirmó, al remarcar que hoy "el Estado todavía no logra inspirar la confianza suficiente como para financiarse plenamente en el mercado doméstico".
Abram, por su parte, consideró que la estrategia oficial apunta justamente a ese horizonte. "Ningún país crece sostenidamente sin un mercado de capitales propio", señaló, y concluyó que reducir la dependencia externa no implica aislarse, sino ganar margen de decisión en un país históricamente condicionado por sus crisis de deuda.
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