Las caras de Merkel
Merkel no ha estado teniendo dos caras en su mandato, como pueden tenerla muchos líderes cuando se habla de 'doble rasero'. Más bien ha tenido tantas, o más que un dado: más de una interna, y muchas externas, dependiendo de ciertos dictados.
"Son 15 años de claroscuros interna y externamente diferentes", indica el columnista de Spuntik y exdirector de Euronews, Luis Rivas.
"Internamente se puede considerar como un 'aprobado general' para Angela Merkel, teniendo en cuenta la opinión de los alemanes, según los sondeos. Ese aprobado se debe a que, por una parte ha hecho cosas interesantes desde el punto de vista político, como una gran coalición [entre su partido, la CDU] con el primer partido tradicional de la oposición, los Socialdemócratas [SPD]", es a primera vista el balance interno, según Rivas.
Para entender muchos de los procederes de Merkel, hay que ir en busca de sus orígenes. "Era una persona que venía de la antigua República Democrática Alemana —la Alemania del Este— y traía en su ideario seguir una política de economía social del canciller Konrad Andenauer, de quien siempre tiene una foto en su despacho. Pero la evolución de la economía en Alemania y Europa han hecho liberalizar un poco ese sistema económico hasta ser una economía abierta hasta un punto en que en Alemania son conocidos los empleos-basura con salarios muy bajos, que han sido 'necesarios' para los estudiantes y para muchos jubilados que no pueden vivir con su pensión. Es algo que ha favorecido a la industria alemana —por esos bajos salarios— y que ha desfavorecido a sus vecinos europeos, sobre todo a los del sur", subraya el analista.
El quiebre
De acuerdo a Rivas, dentro de Alemania, tras sus éxitos iniciales, hay un punto de inflexión en 2015 cuando hace el llamamiento a la entrada de inmigrantes en Europa, porque eso supone el enfado de sus colegas y países europeos, la reacción de cierre de fronteras, y sobre todo, el surgimiento en su país de un partido político nacional populista, Alternativa para Alemania, y que por primera vez entra en el Bundestag [Parlamento] con ideas contra la inmigración, especialmente la musulmana. "A partir de ahí su popularidad desciende", remarca.
Añade que esa actitud le valió el reconocimiento de 'dama de hierro' en Europa, quizá muy interesante para los empresarios y los bancos alemanes que necesitaban recuperar el dinero que habían pedido a crédito otros países, pero que trastocó la reputación de una líder política que hasta entonces se consideraba más humana.
Merkel, ¿la bandera europea antirrusa?
Con muy poco que perder, ya que las luchas intestinas de su coalición de Gobierno le impusieron una fecha de caducidad que ella no deseaba que fuera tan cercana, últimamente Merkel se ha mostrado más beligerante en sus relaciones con Rusia, incluso a costa de poner en riesgo la seguridad energética de su país.
El 'caso' del bloguero Navalni le llevó a Merkel a amenazar a Rusia con finiquitar el gasoducto Nord Stream 2, y a abanderar sanciones contra Rusia fundamentadas en la farsa. A tal grado llegó su actitud, que desde Moscú se planteó el sentido de seguir manteniendo relaciones con Europa, y le arrancó al propio canciller, Serguéi Lavrov, unas palabras reveladoras:
"En los últimos meses Angela Merkel se ha erigido en la 'campeona' de la política antirrusa europea. Ella está al final de su mandato y quizá se ve presionada por sus socios europeos para tomar una medida quizá un poco más dura hacia Moscú, teniendo en cuenta que tiene que justificar por qué no cancela ese contrato del Nord Stream 2, que para Alemania es vital. Todas las declaraciones de su ministro de Exteriores, [Heiko Maas] incluso de ella misma en relación a la supuesta cancelación del acuerdo del Nord Stream 2, es simplemente parte de unas declaraciones para calmar a los más antirrusos en Alemania, pero que no se llevará a cabo", sentencia al respecto Luis Rivas.