Las calles de La Paz amanecieron plagadas de coches y minibuses llevando a la población de una parte a otra de la ciudad. En el día después de las elecciones presidenciales que dieron como ganador en primera vuelta a Luis Arce, del Movimiento Al Socialismo (MAS), se vive la sensación de que se volvió a la normalidad, luego de un año regido por un Gobierno de facto.
El estallido de alegría comenzó en los primeros minutos del lunes 19, cuando se difundieron los primeros resultados extraoficiales a boca de urna: 52,4% para el MAS, 31,5% para Comunidad Ciudadana, del expresidente Carlos Mesa (2003-2005), y 14% para el empresario cruceño Luis Fernando Camacho, de Creemos.
Para cuando salió el sol, el gabinete de Jeanine Áñez siguió desintegrándose, con la renuncia del confrontativo Arturo Murillo, quien fuera ministro de Gobierno. También renunció el ministro de Educación, Víctor Hugo Cárdenas, quien fuera vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada entre 1993 y 1997.
Cárdenas y Murillo habían sido censurados por la Asamblea Legislativa Plurinacional (controlada por el MAS) ya que se negaron en repetidas oportunidades a presentarse a rendir informes sobre cuestiones atenientes a sus carteras. Según la Constitución, correspondía que Áñez los removiera de sus cargos.
Tanto el excandidato Mesa (presidente entre 2003 y 2005) como la actual presidenta aceptaron públicamente que el MAS triunfó en las urnas. Felicitaron por Twitter a Arce, quien debería asumir como máxima autoridad de Bolivia en la primera quincena de noviembre.
Aún no tenemos cómputo oficial, pero por los datos con los que contamos, el Sr. Arce y el Sr. Choquehuanca han ganado la elección. Felicito a los ganadores y les pido gobernar pensando en Bolivia y en la democracia.
— Jeanine Añez Chavez (@JeanineAnez) October 19, 2020
"El factor fundamental en la elección de anoche, ha sido que el conglomerado de fuerzas políticas de derecha han partido de una suposición estructuralmente errada, especialmente en el caso de Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, quienes decían que lo ocurrido justo un año atrás fue una revolución y una movilización, cuando en realidad fue un golpe de Estado", dijo a Sputnik la politóloga Helena Argirakis.
El rol determinante de los indecisos
Las encuestas difundidas durante toda la campaña presidencial mostraban una importante franja del electorado (un 25 o 30%) que se mostraba indecisa, o no sabía/no contestaba por quien ya había decidido votar. El domingo 18 de octubre quedó en evidencia que la mayor parte de ese grupo definió su voto por Luis Arce.
En el departamento de La Paz, el candidato del MAS habría obtenido el 67% de votos, frente al 29,8% de Carlos Mesa. Esa cifra tan alta fue conseguida gracias a las papeletas de votantes que se mostraban renuentes a hablar de política en público.
Los números que obtuvo Arce en Santa Cruz no son para nada desdeñables, considerando que el departamento más grande de Bolivia tiene un padrón de casi 1,9 millones de personas. Junto con La Paz, cubren más de la mitad de los 7,3 millones de electores habilitados en el país y en el extranjero.
Uno de los logros del golpe de Estado de 2019 fue que quienes apoyaban al MAS sintieron vergüenza o temor de decirlo públicamente. Pero en el cuarto oscuro se juntaron como gotas, que conformaron un gran balde de agua fría para la oposición al partido de Evo Morales.
"Han partido de una premisa errónea estructuralmente, porque lo que hemos vivido en el último año ha sido un régimen de facto, un golpe de Estado. Eso les ha llevado a mentirse y a mentir a la sociedad civil, creyendo que iban a poder conquistar el voto popular en las urnas, siendo tanto Mesa como Camacho cómplices del golpe", agregó la analista cruceña.
"Lo que hemos visto ayer, es resultado de una falla estructural de la derecha boliviana, de creerse ese doble discurso de que han sido democráticos, que han generado un proceso de liberación de una dictadura, cuando este tiempo hemos vivido en un régimen de facto, una ruptura institucional", comentó Argirakis, quien fue Directora Académica de la Escuela de Comando Antiimperialista desde 2015 hasta el golpe.
El clamor de la militancia
Al mediodía de este lunes 19 de octubre, había una fiesta en la avenida Ecuador, en la entrada del bunker del MAS en el barrio paceño de Sopocachi. Más de 200 personas que agitaban entusiasmadas las banderas partidarias negras, azules y blancas esperaban ver al presidente electo para transmitirle su cariño. Desde muchos taxis y autos que pasaban hacían sonar sus bocinas con algarabía, que era correspondida por la manifestación masista.
La vocera del MAS, Marianela Paco, invitó a una conferencia de prensa dentro de la casa de campaña del binomio ganador. "Para hacer una buena celebración, primero esperemos por los resultados oficiales. Tenemos que continuar con paciencia, ante las intenciones de algunos sectores que todavía buscan provocaciones", dijo.
Paco, quien fue ministra de Comunicación entre 2015 y 2017, indicó que "esa vocación democrática demostrada en la víspera es un ejemplo para aquellos antidemocráticos, aquellos que arrebatan la democracia a la población boliviana". Dijo que el presidente y vicepresidente electos no dialogarán con la prensa hasta tener resultados oficiales.
La Paz, en paz
La tranquilidad y la alegría siguen primando en las calles paceñas, donde el voto por Arce fue mayoritario justamente porque en sus discursos de campaña garantizaba gobernabilidad, la misma que mantuvo el expresidente Morales durante sus mandatos, entre 2006 y 2019.
Según Argirakis, la "pésima gestión" del gobierno de Áñez también contribuyó a que la mayoría pidiera el regreso del MAS al poder. "La gestión de Áñez fue quizás la peor desde la recuperación de la democracia (en 1982), tanto en salud, educación, ni hablar de la gestión de la pandemia" de COVID-19, manifestó la analista.
"Subestimaron la fuerza del movimiento popular y de la sociedad civil de la población boliviana", dijo Argirakis. Y agregó: "Este es un precedente para Sudamérica, porque se depuso por vía electoral a un régimen que entró al control del Gobierno por la fuerza".
Mientras el Tribunal Supremo Electoral continúa el relevamiento oficial de votos, los conteos rápidos a boca de urna ya dijeron quién será el nuevo Presidente. Es una victoria aplastante de Arce, que sacó más de 20 puntos porcentuales al segundo, Carlos Mesa. En los próximos días, se conocerá en detalle la conformación de la Asamblea Legislativa, que recibirá a 36 nuevos senadores y 130 diputados.