"Creo que el tema de las Fuerzas Armadas va a ser una tensión a considerar. Los militares estarán tomando nota del mensaje popular que les fue enviado con el abrumador 52% con el que ha ganado el Movimiento Al Socialismo (MAS), pero hay una situación de tensión y desconfianza que por lo menos desde un análisis externo no deja tranquilidad para que haya un Gobierno plenamente democrático", dijo a esta agencia Barona.
Según datos preliminares, el candidato presidencial del MAS, Luis Arce, habría ganado en primera vuelta con el 52,4% de los votos, seguido por Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana (CC), con el 31,5%, y en tercer puesto Luis Fernando Camacho, de Creemos, con el 14,1%.
Los militares precipitaron la caída de Morales el 10 de noviembre pasado, cuando, al cabo de casi tres semanas de movilizaciones populares contra un supuesto fraude electoral, el alto mando castrense lanzó una sugerencia de renuncia del presidente, quien enfrentaba además una rebelión policial.
Ese pronunciamiento militar fue destacado por la presidenta Jeanine Áñez como recuperación de la democracia pero tiene para el MAS y sus organizaciones aliadas el significado de golpe de Estado.
El 20 de julio, Áñez afianzó su alianza con el alto mando militar al completar un polémico proceso de ascenso de generales y almirantes sin el aval constitucional del parlamento.
¿Puede ocurrir un nuevo golpe?
Barona consideró que es difícil que las Fuerzas Armadas vuelvan a realizar un "nuevo golpe de Estado" ante la "abrumadora" victoria del MAS.
Sin embargo, el politólogo dijo que los militares podrían mantener ciertas prerrogativas para sostener un cierto "margen de impunidad".
"Pueden haberse preparado en este tiempo para tener elementos de presión interna, sobre todo la proscripción y el blindaje mediático que se ha generado en la dictadura. Lo que puede pasar es que haya un Gobierno condicionado", agregó.
"Es difícil que quieran hacer un golpe en el que en el mundo no resuene una indignación. Los militares serían más cautos en este contexto, pero hay una situación de tensión con el nuevo Gobierno", agregó.
Consideró que esa tensión se manifiesta en el hecho de que la presidenta del Senado, Eva Copa, afirme que aún no es momento para que Morales regrese a Bolivia.
"Es importantísimo instalar una Comisión de la Verdad que analice quiénes ejecutaron el proceso de golpe y sus respectivas masacres. Hubo una serie de irregularidades que se expresaron en la violencia contra las movilizaciones populares. Se expresó como una forma de racismo que rondó el fascismo y que fueron llevadas a cabo por parte de las instituciones militares y policiales bajo la orden del Gobierno de facto", expresó.
Según datos recabados por Amnistía, al menos 35 personas han fallecido y 833 han sido heridas en el contexto de las protestas ocurridas desde octubre del 2019.