El futbolista uruguayo Luis Suárez siempre se ha caracterizado por jugar al borde del reglamento. Prueba de ello han sido aquella histórica mano con la que salvó a su selección en el Mundial de Sudáfrica en 2010, la mordida al italiano Giorgio Chellini en Brasil 2014 y la picardía con la que encara a los defensores cada vez que recibe el balón. Pero ahora, su última maniobra parece haber sido detectada, ya no por un árbitro, sino por la Policía italiana.
Es que, con los días contados en el Barcelona, Suárez debió buscar un nuevo club europeo en el que recalar y poder mantenerse en el primer nivel internacional. El Juventus italiano apareció en las últimas semanas como la oferta más tentadora, al punto de que el uruguayo inició los trámites necesarios para adquirir la ciudadanía italiana —que ya posee su esposa Sofía Balbi—y poder sumarse al plantel turinés sin ocupar plaza de extracomunitario.
La rapidez con que el futbolista aprobó un examen que no tenía pensado rendir tan solo unas semanas atrás pudo sorprender a varios, entre ellos la propia Fiscalía de la Ciudad de Perugia, que decidió abrir una investigación sobre los requerimientos que había tenido la prueba, realizada en la Università per Stranieri (Universidad para Extranjeros) de Perugia.
Tan solo una semana después de que el uruguayo aprobó la prueba, y cuando el pase al Juventus parece estar definitivamente caído, el diario español La Vanguardia reveló que la Fiscalía de Perugia investiga presuntas irregularidades en el examen.
"De la investigación surge que los elementos de la prueba fueron previamente acordados con el candidato y que el puntaje había sido atribuido de forma previa a dar la prueba", consigna un comunicado de la Fiscalía de Perugia divulgado por el medio.
El diario italiano La Repubblica agrega otro dato elocuente: escuchas telefónicas a los docentes revelaron que, en una conversación entre ellos, confesaron que el uruguayo, en realidad, "no pronuncia una palabra" de italiano y "no conjuga los verbos, habla en infinitivo". En las conversaciones, los docentes ironizan con la idea de que, a pesar de su mal nivel de italiano, no podían reprobar a un hombre que ganaría 10 millones de euros al año.
Las autoridades aclararon que la investigación no recae sobre Suárez, que no será sancionado más que con la reprobación del examen. De todos modos, el uruguayo sigue negociando su salida del Barcelona y no sale de un nuevo ida y vuelta, ahora con el Atlético de Madrid.