Estaba llamada a ser el punto de encuentro en la nueva construcción de una Andalucía en la que la política arrimaba el hombro, pero ha quedado en más estruendo y confrontación. Sevilla estrenaba fase 2 este 25 de mayo. La capital amanecía con la buena nueva de contemplar las tablas de contagios, positivos y defunciones a cero. En el Parlamento, había un motivo para estar expectantes. La creación de la Comisión de estudio sobre la recuperación económica y social de Andalucía a causa de la pandemia del COVID-19: era una oportunidad para el optimismo.
Pero la pandemia vuelve a sorprender, COVID-19 es un virus, cada vez más político, y el sentido común está en horas bajas. Cuenta mucho la estrategia y la performance política.
El día de la constitución de la Comisión se crea la designación de la mesa constituyente, con su presidencia, vicepresidencia y secretaría. El arco parlamentario andaluz hacía sus cábalas y calculaban sus votos, pero ninguna quiniela era tan aventurada como la que sucedió en Andalucía: Vox liderará la reconstrucción económica y social, a pesar de que, solo hacía 19 días que había votado en contra de la propia comisión.
Contando con los votos a favor de PP-Andalucía, Ciudadanos (Cs) y Vox, el nuevo presidente será el parlamentario Manuel Gavira, con un total de 58 votos ponderados. Al otro lado del espectro político, la representante del PSOE-A, la diputada Beatriz Rubiño, queda orillada con solo 50 votos ponderados de Adelante Andalucía y PSOE-Andalucía.








Fuentes de la Junta de Andalucía desvelaron que proponían una mesa en la que la presidencia fuera para el grupo con menos representación parlamentario. No obstante, las explicaciones no aclaran el sinsentido de que Vox lidere una comisión a la que se opuso el pasado día 6 de mayo.
La jornada es histórica en la política andaluza por sorpresiva y estrepitosa. Marta Bosquet, la Presidenta del Parlamento de Andalucía, hacía un llamamiento inútil a la concordia: "Confío en que haya diálogo y entendimiento y dejemos la crispación y la confrontación a un lado. Sinceramente, esta es la comisión más importante que puede tener hoy por hoy el Parlamento Andaluz". Pero la presidencia de Vox se traduce en la misma crispación y polarización que hemos visto estos días en coche-protestas y caceroladas. La calle, se traslada a los despachos.
📣 Nuestra presencia en la comisión de recuperación garantiza que el dinero público de todos los andaluces se gasta con cabeza.
— VOX Parlamento de Andalucía (@AndaluciaVox) May 25, 2020
👉 @AndaluciaVOX estará muy vigilante para que únicamente se aprueben aquellas medidas que beneficien a Andalucía.https://t.co/0VgPsFy8MI
Vox volvía a usar un perfil alter–político en redes sociales, obviando que no tiene que vigilar, sino presidir una comisión que puede definir el rumbo socioeconómico de la comunidad con más paro y desigualdad de España. Alejandro Hernández, portavoz de Vox, explicaba su cambio de posición respecto a la comisión, recordemos, de rechazarla a, ni más ni menos que presidirla, al hecho de que "si no participamos, nos hubieran criticado por ir contra la recuperación de Andalucía".
Obviamente la comisión no ha superado este sorpresivo cisma político, PSOE y Adelante Andalucía abandonaban la sesión en cuanto los votos salieron a la luz. Desde su punto de partida, la comisión se presenta ya como un órgano inoperante debido a discrepancias políticas.
José Antonio Nieto, el portavoz popular, ha pedido a la oposición que eviten la contaminación política del escenario nacional, pero no parece que estos gestos y ofrecimientos vayan a tener respuesta.
Nieto señala además el egoísmo del bloque de izquierdas, "sino ganan, rompen la pelota, y eso no vale, la pelota y el parlamento no son de nadie, Andalucía requiere el esfuerzo de todos".
La comisión nace muerta
El socialista Manuel Jiménez Barrios, en declaraciones a la televisión autonómica andaluza, declaraba que el presidente Moreno Bonilla "escenifica su debilidad política, dejando los intereses de Andalucía a merced del señor Abascal". Denunció la "aritmética parlamentaria" y el hecho de que tanto PP como Ciudadanos ocultaran su voto "a un partido que está en contra de la comisión, que ha abandonado la del Congreso y que se dedica a crispar a los patriotas", dijo en referencia a las manifestaciones del fin de semana. Desde Adelante Andalucía, José Ignacio García explicaba su abandono como una "cuestión de democracia, por eso hemos salido de esta comisión, esperamos que así reconsideren y cambien el rumbo".
Ciudadanos eran los protagonistas del día muy a su pesa. Sergio Romero, parlamentario andaluz, se escapaba por la vía de la recuperación, argumentando que su "único objetivo es sacar adelante a Andalucía", y es que muchas miradas estaban centradas en el partido naranja, tras los últimos movimientos de una más "centrada" Inés Arrimadas. La convivencia en el seno de la agrupación andaluza con sus socios de gobierno, puede resolver muchas cuestiones sobre el futuro espectro político español. Vox ya había alzado la mano, alertando de que la nueva estrategia de Arrimadas podía poner en peligro la estabilidad del gobierno andaluz. Esta concesión al partido de Abascal en Andalucía, podría calmar los ánimos de la formación de extrema derecha.
La semilla de la discordia
Fue a finales de abril cuando, el PSOE de Susana Díaz llevó al Parlamento la solicitud para crear una comisión extraordinaria que sirviera para la reconstrucción social y económica de Andalucía, convocable "de manera inmediata", dijeron en su momento, porque no había "un minuto que perder".
Ahora, con la primera reunión prevista para la comisión es el próximo 1 de junio, está por ver qué escenario mostrará.

Para la formación de Abascal, ante el reto actual de la pandemia, el gobierno andaluz no tenía, en aquel lejano 6 de mayo, que apoyarse en el consenso político, sino que tenía que liderar la reactivación económica. Por todo ello, Vox votó en contra y se autoexcluyó de la comisión, aunque finalmente, con los votos de PP y Ciudadanos y merced a la magia de la política, presiden una comisión de reconstrucción social y económica, donde parece que la refriega política empañará las esperanzas de los más necesitados.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) March 9, 2020
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Manuel Gravina fue en diciembre de 2018 el primer miembro de Vox en ocupar una mesa parlamentaria. Es abogado, mediador civil y mercantil y ha actuado además como asesor empresarial. El formato de la comisión es el mismo que ya se ha visto en la del Congreso de España, que preside Patxi López, del PSOE. Está por ver si estos organismos se zafan de la refriega política y de la lucha de sillas para ofrecer soluciones a una sociedad devastada.