Esas distintas posturas son, para algunos, una evidencia de las fracturas internas que hay dentro del gobierno de coalición, una criatura de apenas 11 semanas de gestación. Para otros, esa diversidad de visiones es síntoma de una buena democracia.
Para desgranar estos temas, Juan Carlos Monedero, politólogo, profesor universitario de Ciencias Políticas y uno de los fundadores de Podemos, conversa con Sputnik.
—El Consejo de Ministros donde se decidió adoptar el estado de alarma duró siete horas. Algunos dicen que se debió a las diferencias internas dentro del gobierno de coalición. ¿Hay riesgos de que a esta emergencia sanitaria se le sume una crisis de gobernabilidad?
—No. Yo creo que las discrepancias dentro del gobierno han sido magnificadas desde los medios de la derecha.
—¿Qué tan cierto es que Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos y tercera vicepresidenta, amenazó con dimitir si el vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, no renunciaba?
—Eso forma parte de los bulos. Además, las deliberaciones de los Consejos de Ministros son secretas. No podemos repetir un bulo sobre lo que no hay nada que preguntar ni decir porque de lo contrario los bulos triunfan siempre. Es evidente que Nadia Calviño representa la ortodoxia europea, claro. Pero eso no es de ahora. Y que Pablo Iglesias es la izquierda del gobierno también lo sabemos todos antes de esto. Lo relevante es que PSOE y Podemos pactaron una ruta y esa ruta marca una serie de principios que los dos partidos están cumpliendo y van a cumplir. Si alguien me dice que en un gobierno no hay disidencias, ese gobierno no es democrático.
—Pablo Casado y Santiago Abascal han dicho que, mientras dure la crisis, ellos apoyarán decisiones del gobierno porque "una crisis de estado merece una posición de estado". Pero también dicen que apenas pase se buscarán responsabilidades penales por el mal manejo de la crisis. ¿Qué lectura hace de estas posturas?
—Primero, Pablo Casado ayer fue regañado por todos los barones territoriales del Partido Popular porque dice que va a apoyar y luego es mentira, luego hace declaraciones muy delirantes y nada solidarias con el gobierno de España. Por tanto, una vez más, el PP demuestra que no está en consonancia con España, sino con una parte de España, que es la que menos está ayudando a salir de la crisis. Lo relevante va a ser lo que aprueben en el Parlamento, no las declaraciones. Porque declaran una cosa y la contraria. No son muy creíbles.
—Muchos han criticado la gestión del Gobierno por no atajar a tiempo esta emergencia sanitaria, por permitir la marcha del 8-M, el congreso de Vox… ¿Cómo evalúa usted la gestión del Gobierno ante esta crisis?
—El problema es que todos los días varía el coronavirus. Lo que hay que evaluar es cómo se comporta el conjunto de los gobiernos europeos. Ahí vemos que no hay claridad. Se ha decidido escuchar a los expertos que, de alguna manera, orienten la decisión política.
—"Cuando pase esto" es una frase que ahora se escucha mucho. La gente empieza a prometerse planes para cuando se supere esta emergencia sanitaria. ¿En qué habrá que enfocarse cuando pase esto?
—Ahora mismo hay una pelea sobre si de la crisis se sale con un reforzamiento del modelo neoliberal o con un reforzamiento de unos presupuestos socialistas.
O la crisis la solventamos con mayores criterios de redistribución de la renta, disminución de las desigualdades y garantías de inclusión, o de la crisis salimos con la justificación de la pérdida de derechos laborales, con mayores cuotas de explotación y con una ruptura del contrato social. Esa discusión está ahora mismo en Europa, los escenarios distópicos están ahí.