"Acabo de comunicar al jefe de Estado la celebración mañana [el 14 de marzo] de un Consejo de Ministros extraordinario para decretar el estado de alarma en todo el país durante los próximos 15 días", anunció Pedro Sánchez en una declaración televisada.
Una vez decretado el estado de alerta, entre otras cosas, el Gobierno puede limitar la circulación de las personas, practicar requisas de todo tipo de bienes, utilizar espacios privados o racionar artículos de primera necesidad para asegurar su abastecimiento.
En su declaración, Sánchez explicó que la declaración permitirá "movilizar todos los recursos del conjunto del estado para proteger mejor la salud de todos los ciudadanos", permitiendo al Gobierno el acceso a todos los recursos económicos y sanitarios del país ya sean tanto de carácter público, privado, civiles o militares.
El mandatario español no detalló qué medidas se tomarán al amparo de la declaración de alerta y se limitó a responder que toda su actuación tratará de "responder a la emergencia social y económica con la máxima agilidad y contundencia".
"Nos esperan semanas muy duras y no se puede descartar que la próxima semana alcancemos desgraciadamente los 10.000 afectados", señaló.
Sánchez dedicó palabras de agradecimiento al personal sanitario por estar en la "primera línea" de la lucha contra el virus, pero también aprovechó para insistir en la responsabilidad de toda la población para contener la enfermedad.
"El heroísmo también consiste en lavarse las manos y quedarse en casa", añadió.
La declaración del estado de alarma está prevista en el artículo 116 de la Constitución, que permite al Consejo de Ministros recurrir a él por periodo un máximo de 15 días que el Congreso puede prolongar.
👥 ENTREVISTAS por Liana Chokua
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) March 12, 2020
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La Ley Orgánica que da desarrollo a la regulación de los estados de alarma establece que el Gobierno puede proceder a su declaración —entre otros supuestos— cuando se produzcan "crisis sanitarias, tales como epidemias".
La normativa establece que las medidas a adoptar en los estados de alarma deben limitarse a "las estrictamente indispensables para asegurar el restablecimiento de la normalidad", siendo aplicadas "de forma proporcionada a las circunstancias".
Esta ambigua redacción otorga al Gobierno un amplio margen de maniobra para adoptar las medidas excepcionales que considere oportuna para contener la expansión del coronavirus.
Hasta la fecha el Gobierno de España había eludido la posibilidad de adoptar medidas drásticas para contener la expansión de la enfermedad, apostando por una línea de actuación moderada.
A nivel local, destacan decisiones como la del Gobierno de la Comunidad de Madrid, que este 13 de marzo acordó el cierre de toda la actividad hostelera, lo que se suma a otras clausuras decididas en días anteriores, como el cierre de museos o instalaciones deportivas.
La cautela del Gobierno fue muy criticada tanto por las formaciones de la oposición como por buena parte de la opinión pública, sobre todo tras conocerse que tras la cancelación de la actividad educativa en Madrid algunos estudiantes desoyeron las recomendaciones de las autoridades y volvieron a su lugares de origen, en varios casos dando lugar a nuevos positivos en otros territorios.
La declaración del estado de alerta en todo el territorio sigue la estela del País Vasco (región del norte del país con 240 contagios y 11 fallecidos) que declaró la alarma sanitaria el 13 de marzo o del país vecino Portugal, que lo hizo el 12 de marzo pese a contar con muchos menos casos (78) y ningún muerto.
El líder de la oposición, Pablo Casado (Partido Popular) compareció en rueda de prensa tras conocerse el anuncio de Sánchez, ofreciendo su respaldo a la declaración de alarma.
Sin embargo, la presión —tanto desde la oposición como desde otros países como Portugal— ha conllevado este decreto del estado de alarma, incluso con menos casos que Italia, en situación similar.