Los planes de Aramco de rebajar el precio del crudo que vende a Asia, EEUU y Europa es una vuelta de tuerca más en la discrepancia que mantiene con Rusia. Además, amenazan con inyectar "un raudal de petróleo en mercados ya bien abastecidos", escribe el periódico The Wall Street Journal.
El efecto mariposa
La reacción de las cotizaciones de crudo no se hizo esperar. El precio de la marca Brent se hundió un 31%, hasta 31,43 dólares por barril tras su peor día desde la crisis financiera de hace más de una década. Sin embargo, la cosa aquí no termina. Las cotizaciones pueden continuar cayendo hasta los 20 dólares por barril, advirtió el analista Damien Courvalin, del banco de inversión Goldman Sachs, citado por Bloomberg.
"Nosotros creemos que la guerra de precios entre la OPEP y Rusia empezó inequívocamente el pasado fin de semana. El pronóstico para el mercado de crudo es aún más pésimo que en noviembre del 2014. Ha llegado a un punto crítico tras el colapso significativo de la demanda debido al brote de coronavirus", escribió Courvalin en una carta enviada a la agencia.
Riad intenta golpear a Moscú
El recorte de precios de Aramco para sus consumidores forma parte de una agresiva campaña con la que se busca arrebatar a Moscú parte de su cuota en el mercado petrolero, comunicaron a The Wall Street Journal varias fuentes de la OPEP y funcionarios saudíes.
La jugada tuvo lugar después de que la alianza formada por los mayores fabricantes de crudo empezara a resquebrajarse por los cuatro costados tras el fracaso de las negociaciones celebradas en Viena el 6 de marzo. Los miembros de la OPEP y sus aliados fracasaron en acordar reducir la extracción de crudo. El objetivo era reducir la oferta para aumentar su precio en plena desaceleración económica mundial. Rusia rechazó seguir reduciendo más su producción de petróleo y su ministro de Energía, Alexandr Novak, comunicó que a partir del 1 de abril el aumento de la extracción dependerá únicamente de los planes de las empresas rusas.
"Putin no pareció estar tan preocupado sobre los efectos duraderos que el coronavirus causará sobre el mercado petrolero. La economía rusa está más diversificada que la de Arabia Saudí. También las empresas petroleras rusas han estado presionando al Kremlin para que apoye la producción del hidrocarburo", afirmaron los funcionarios.
La historia se repite
Esta no es la primera vez que Riad inunda el mercado con crudo bajando los precios. Hizo algo parecido en 2014 contra los fabricantes de EEUU, recuerda The Wall Street Journal. Ahora, el aumento de la extracción de oro negro tendrá un impacto distinto sobre el mercado, ya que llega en un momento en el que no existe una demanda suficiente de petróleo extra procedente de Arabia Saudí.
No obstante, en el intento de golpear a Rusia, Aramco creó una situación peligrosa para sí misma. Las cotizaciones de la petrolera estatal saudí cayeron un 10% hasta situarse en su mínimo, en 7,2 dólares por una acción, tras la apertura del 9 de marzo. Este desplome representa un gran shock para el reino que vendió un 1,5% de su participación en la empresa nacional en diciembre del 2019.
Rusia toma medidas tras un terremoto en el mercado de divisas
Los mercados bursátiles no eran los únicos en reaccionar a los planes saudíes. El tipo de cambio del dólar y del euro frente al rublo pasó a ser de 73,32 rublos (máximos desde marzo de 2016) y de 83,02 rublos (máximo desde febrero de 2016) respectivamente.
"Esta decisión fue tomada con el objetivo de aumentar la predictibilidad de las autoridades y bajar la volatilidad en los mercados financieros tras los cambios considerables en el mercado mundial de petróleo", comunicaron desde el principal regulador financiero del país.
La medida adoptada por el Banco de Rusia incluye tanto las futuras compras de moneda extranjera como la implementación de las adquisiciones que fueron programadas y aplazadas en el 2018.
A su vez, el Ministerio de Finanzas de Rusia comunicó que las reservas del Fondo de Bienestar Nacional, considerado uno de los airbags que protegen a la economía rusa, son capaces de soportar las pérdidas presupuestarias derivadas de un precio por barril de entre 25 y 30 dólares.